F. C. Barcelona
El Barça no encuentra su estilo
El equipo de Martino firma el mejor inicio de su historia, pero aún no sabe a qué juega. Messi, que acabó vomitando ante el Madrid, sigue sin brillar
Gerardo Martino es un hombre de fútbol. La pasión que sentía por el balón cuando era pequeño se transformó luego en su forma de vida. Siempre atento, no pierde detalle del Barça desde la época del «Dream Team» de Cruyff, cuando comenzó a profundizar en sus conocimientos sobre el club azulgrana. Cuando le llamó Zubizarreta para ofrecerle el puesto de entrenador en pleno mes de julio, no lo dudó. Era una oportunidad única de regresar a Europa, después de su fallida experiencia como jugador del Tenerife. Además, creía conocer bien al club azulgrana, pero, poco a poco, se dio cuenta de que su trabajo no iba a ser tan fácil como suponía. Ha firmado el mejor inicio liguero de la historia del club, pero al entorno le asaltan constantemente las dudas por el juego del equipo.
El Tata comenzó a sospechar después de ganar 0-4 en Vallecas. Su equipo perdió la posesión y las críticas por la manera de afrontar el choque llamaron su atención. El sábado afrontó su primer clásico y lo ganó. Pero las dudas siguen sobrevolando a su equipo. Acabó el Barça encerrado y agobiado por el Madrid, que supo aprovechar los titubeos de los jugadores azulgrana, que no acaban de tener muy claro a qué deben jugar. «No fue un Barça brillante», admitía Xavi en zona mixta tras el encuentro. «Aún se puede mejorar mucho», convenía el propio Martino. El Barça había vuelto a ganar al Madrid después de muchos meses. Se había asentado en el liderato, distanciando a su máximo rival a seis puntos. Había firmado el mejor inicio de su historia en la Liga con nueve triunfos y un empate. E incluso Alexis Sánchez se había ganado el afecto de la grada. Pero muy pocos se atreven a apostar con los ojos cerrados por este equipo porque su juego está a años luz del que maravilló al mundo no hace tanto.
Quizás, el que mejor puede reflejar el estado del Barcelona es Leo Messi. Es el mejor termómetro azulgrana. Y la «Pulga» no está bien. Lleva doce goles entre Liga (8) y «Champions» (4), uno por partido, pero no acaba de encontrar su sitio en el campo. Lo mismo que le sucede al Barça. Rendimiento irreprochable en cuanto a resultados, pero muy discutible en cuanto a juego.
Messi participó menos de lo habitual ante el Real Madrid. Estuvo activo en la primera mitad, pero desapareció tras el descanso. La realidad es que el argentino acabó exhausto, llegando a vomitar bilis durante la segunda parte. No es la primera vez que algo similar le sucede, ya que ante el Levante también se sintió indispuesto. Messi ha perdido esa explosividad que le hacía imparable para los defensas rivales, pero mantiene toda la calidad en su botas, lo que le permite desequilibrar casi como el que más. Pero su rendimiento ya no es el del que se supone es el mejor jugador del mundo, cargo que sigue ostentando hasta que vuelvan a repartirse los premios.
A Messi le han lastrado las lesiones de los últimos meses, que le han impedido acabar de coger una buena forma física. Los viajes transoceánicos para jugar con Argentina tampoco han ayudado. Pero a Messi no parece importarle demasiado todo esto. Ayer celebró el triunfo en el clásico con un asado en su casa con sus más allegados y con una sonrisa en la cara. Es la sonrisa del Barça, una sonrisa que esconde las dudas.
Iniesta, recital y segunda paternidad
Andrés Iniesta era uno de los futbolistas más felices nada más acabar el clásico. Había vuelto a ofrecer su mejor versión, a reconciliarse con el fútbol después de un titubeante inicio de temporada. Y su participación había sido clave para el triunfo del Barcelona, en el que ofreció un recital de pases. Pero el de Fuentealbilla tiene motivos mucho más importantes para sonreír. Iniesta anunciaba ayer a través de las redes sociales que su mujer, Anna Ortiz, está embarazada de nuevo, así que su hija Valeria tendrá un hermano en los próximos meses.
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