El goleador inesperado

Madrid- Como si fueran dos bloques diferenciados, en el Madrid los goles los marcaban los tres de arriba, mientras que el resto debía ocuparse en darles balones y después recuperar el sitio para no perder el equilibrio defensivo. Algo así dejó caer Ancelotti hace unos días cuando aseguró que si bien los tres atacantes tienen que ocupar su posición y presionar al rival la salida del balón, son los demás, los otros siete, quienes se tienen que aplicar con rigor en la defensa.

No es mal plan cuando el triángulo de ataque, Cristiano, Benzema, Bale, ve puerta con una facilidad asombrosa. Tras el partido de Barcelona, donde marcó Jesé, en el resto de encuentros los goles llevaban el nombre de uno de los tres. Principalmente Ronaldo, por supuesto. Ayer, iba por el mismo camino. Gol de Ronaldo a pase de Benzema. Gol de Benzema a pase de Ronaldo. Penalti a Ronaldo, tras un balón robado por Benzema. El Bernabéu esperaba que en el siguiente tanto apareciera uno de los dos o Bale. Pero el galés, en vez de tirar, filtró el balón para Khedira, que aparecía en el área por el lado derecho, donde está jugando ya definitivamente y donde mejor se está desenvolviendo. Y gol. Otros también marcan goles. «Es un jugador del Real Madrid y tiene la calidad para jugar en este equipo. Juega con continuidad, ayuda al equipo», explicó Ancelotti después.

El alemán es el típico jugador que no convence a muchos críticos. A Carlo le gusta por su trabajo, porque juega «simple», es decir que no se complica y aporta mucho trabajo en un centro del campo de tres futbolistas, lo que supone mucho sacrificio. Algunos opinan que en realidad Khedira es más apariencia que otra cosa. El jugador ha llegado a decir que no se siente bien tratado en España y es verdad que casi nunca ha sido uno de los favoritos del estadio.

Siempre se ha dicho que no se parecía al futbolista que juega con la selección alemana, donde llega más al área. Con Mourinho, Khedira tenía que ayudar a Xabi en labores defensivos y se descolgaba al ataque de vez en cuando. Los primeros partidos con Ancelotti, era más precavido, pero una vez que el sistema cambió al 4-3-3 y en el triángulo, el mediocentro (Illarra al principio, Xabi ahora) quedó por detrás de los otros dos vértices, a Khedira se le nota mucho más suelto, con más libertad y más alegre en su forma de jugar. Ayer se vivió un momento inédito en el Bernabéu. En pleno vendaval de ataque del Real Madrid, cuando el equipo empujaba a la Real Sociedad, el seis del equipo controló un balón al borde del área. Parecía que había llegado a un callejón sin salida, regateó a dos rivales y, aunque se escoró un poco, logró sacar un buen centro. En el estadio, que sólo imagina a Khedira en labores burocráticas, se oyó un «oh» de asombro, de esos que habitualmente levantan otros jugadores del ataque.

El centrocampista alemán sufrió un golpe el viernes, pero entró en la convocatoria y fue titular. Ancelotti le necesita porque le da un sudor que a Isco le cuesta más y que Modric no lo produce siempre. Va a ser uno de los fundamentales. Ahora los goles en el Madrid los meten Cristiano, Bale, Benzema... Y Khedira.