Selección Española
El libro de Lopetegui
La presión alta y los movimientos de los laterales, dos novedades tácticas. Además de posesión hubo velocidad en la transición
La presión alta y los movimientos de los laterales, dos novedades tácticas. Además de posesión hubo velocidad en la transición
Debutó a lo grande. Ha tenido el reconocimiento de todos, pero Julen Lopetegui se muestra cauto. Sabe que la travesía hasta Rusia (2018) es muy larga y se apunta a la modestia, pese al excelente partido frente a Bélgica. «Estamos satisfechos, pero lo importante comienza el lunes. Hasta ahora son sólo sensaciones, las de entrenamientos y el partido amistoso», afirmó en los pasillos del estadio Rey Balduino. El mensaje a los jugadores en el vestuario fue de prudencia, de tranquilidad. «El míster ha visto que estábamos muy contentos por el partido que hemos hecho ante un gran rival y nos ha bajado un poquito los ánimos porque sabe que el próximo encuentro va a ser muy complicado», desveló Saúl. El jugador del Atlético, que se incorpora a los Sub’21 para jugar el lunes el decisivo choque frente a Suecia, fue el único debutante. Saúl agradeció al técnico la oportunidad. Y es que para Julen lo vital es conseguir los tres puntos frente a Liechtenstein pasado mañana en León. Nadie lo duda. La diferencia entre los dos equipos es abismal.
El libro de Lopetegui fue bastante similar al de Del Bosque. Tres días de entrenamiento no dan para cambios radicales porque, además, la idea futbolística de Julen no dista mucho de la de su predecesor.
El balón como referencia
Lopetegui siempre ha querido que sus equipos sean protagonistas a través del balón. Lo hizo en las categorías inferiores y en el Oporto. España, una vez controlado el empuje inicial de los belgas –al equipo de Roberto Martínez se le acabó el gas a los diez minutos– comenzó a imponer su fútbol con posesiones largas y con buen toque. El centro del campo con Silva, Busquets, Thiago y Koke se comió a Hazard y a los suyos.
Había fluidez en el juego, las transiciones eran muy rápidas y la movilidad de los jugadores y su profundidad servían para dejar llegar a posiciones de ataque en ventaja. Muchas veces se ha criticado a la Selección porque se paraba en la frontal del área rival y se dedicaba a amasar el balón, con excesivos pases horizontales y sin encontrar los huecos necesarios para crear peligro. Lo que facilitaba el repliegue del rival, que pertrechado en su campo lograba su propósito. Frente a los belgas se combinó bien, se mezcló la velocidad con la pausa y el equipo siempre encontró una jugada para cobrar ventaja. El papel de Silva fue fundamental en la organización del juego ofensivo.
Presión alta tras pérdida
Una de las principales novedades tácticas que presentó Lopetegui fue la presión alta tras la pérdida de la pelota. En vez del repliegue que se efectuaba con Del Bosque, ahora el equipo aprieta al rival en su campo. Delanteros y centrocampistas dan un paso al frente y tratan de impedir que el contrario salga cómodamente con la pelota. En esta faceta destaca el papel de Busquets, que era uno más en la presión en el campo de Bélgica. Quizá, contra Italia o en otros partidos, dependiendo del rival, pude haber alguna modificación en la zona de presión, pero a Julen le gusta que el equipo, con la líneas juntas, apriete muy arriba, cerca del área enemiga.
Laterales largos
La banda derecha la ocuparon Carvajal y Vitolo. Dos jugadores que no estuvieron en la Eurocopa –el madridista por culpa de una lesión y el canario porque no acabó de convencer a Del Bosque– y que tuvieron un papel destacado frente a los belgas. Se entendieron muy bien y cuando Vitolo se iba para adentro, Carvajal se desplegaba con profundidad. Así llegó el primer gol y por esa banda Vitolo forzó el penalti que supuso el segundo. En la izquierda, Jordi Alba no tuvo tanta libertad. Cuando Silva se iba hacia el centro era Koke el que se desplazaba a la banda, por lo que el azulgrana no tenía el pasillo tan libre como Carvajal en el otro costado.
La mejor versión de Costa
De Gea sólo tuvo que intervenir una vez y respondió con solvencia al disparo de De Bruyne mientras que los centrales, Piqué y Ramos, tampoco fueron exigidos por los belgas. Se les vio más en la estrategia rematando córners y faltas.
Koke actuó más centrado que con Simeone, con libertad para moverse, aunque siempre partía desde la izquierda. Y su ex compañero Diego Costa no ofreció su mejor versión. Con espacios para correr, con defensas adelantadas, el hispano brasileño cumplió con creces. El día que se calme un poco más y que haga goles será más útil.
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