Paulo Futre: «Con Schuster en el campo me entendía por señas»

Aprovecha que no hay cámaras de televisión para llamar a su sobrino Artur, que le sostiene el tabaco mientras atiende a los periodistas. El vicio lo acompaña desde su época de jugador, pero Paulo Futre (Montijo, 1966) nunca se lo llevó al vestuario. «Nunca he fumado en los descansos de los partidos. Eso lo hacía un portero que jugaba conmigo en el Oporto, Mlynarczyk. Yo nunca llegué a eso», confiesa. Paulo es la voz del Atlético que ganó la última final en la que los rojiblancos se enfrentaron al Madrid.

–¿Cómo era el contragolpe de Luis Aragonés?

–Era nuestro estilo. El Atlético de Madrid siempre ha mantenido este estilo de juego y con Luis, quizás más, pero también recuerdo con Ivic y con otros entrenadores. Yo era rapidísimo y para mí era muy bueno este estilo de juego.

–Cuando Schuster cogía la pelota, ¿ya empezaba a correr, ya sabía que le podía llegar?

–Tenía buena química con Bernardo. Con él jugaba mucho con señales. Como nos marcaban hombre a hombre, si bajaba el pulgar, era que me la mandaba al pie; si lo levantaba, era un pase largo y a correr. Bernd, en parado, te metía un balón a 40 metros. Era único.

–¿Fue el jugador con el que mejor se entendió?

–Sí, sí, sí. Y después, me ha ayudado mucho, me ha quitado mucha presión cuando llegó. Entonces la gente escribía que teníamos problemas, que estábamos peleados. Pero nunca. Nos respetábamos mucho. Seguro que fue el centrocampista con el que mejor me entendí. Estuve pensando y en el Milan jugué con grandes cracks, pero creo que ha sido el jugador que mejor me ha entendido. Con Madjer también me entendí muy bien, pero era extremo, podía jugar de 10, de 9, era otro estilo de jugador. Como centrocampista, Bernardo.

–Se recuerda mucho la charla de Luis antes de aquella final, pero ¿les dijo algo especial Jesús Gil?

–No recuerdo, pero seguro que algo dijo. Pero con Luis mantenía las distancias, siempre le respetó. Con Luis entraba en el vestuario después del partido, pero antes no. A lo mejor iba, pero a desear suerte y ya está. Era distinto que con otros entrenadores. Se respetaban los dos.

–En aquella época la rivalidad trascendía lo deportivo. Era casi personal.

–Entonces había sólo tres extranjeros. Schuster, Donato y yo éramos los del Atlético. Del Madrid no me acuerdo. Quince días antes los derbis ya se estaban calentando públicamente. Había 23 tíos españoles por plantilla, muchos de la cantera. Yo me acuerdo de los primeros días y me enseñaron que había que morir en el campo. Con 22 años era el capitán y se vive esto de otra manera. Había que matar.

–El Atlético llega con los objetivos cumplidos, pero la temporada sería diferente si se gana la Copa al Madrid.

–Sería el máximo. La temporada ha sido excelente y si ganamos, sería importante de cara al futuro, para ganar confianza y estar más cerca de los dos grandes, si equilibramos el reparto de los ingresos de televisión. Esto es una locura. La diferencia en Alemania son de 14 millones, en Inglaterra son 40, el Madrid tiene 100 millones más que el Atleti. Hace falta una Liga más justa para que no pase lo de este año.

–¿Depende demasiado el Atlético de Diego Costa? ¿No le faltan variantes?

–Es un partido para Diego Costa, un jugador con mucho carácter. Le veo y veo la imagen de los derbis de entonces, de coraje, de lucha. Los hombres que transportan son importantísimos. Arda Turan es importantísimo, Koke. Soy un fan de Óliver, hablé con «Cholo» y va a estar ahí en el futuro.

–¿Qué le falta para ser titular?

–Es muy joven. Va a estar ahí. Yo creo que el año que viene va a ser importante. Ya tendrá 18 años... Tuvo mala suerte de ir a por las botas a la tienda del Real Madrid y le perjudicó. Tiene que aprender poco a poco.

–¿Cambiaría el estilo del Atlético?

–Es un jugador increíble, un fenómeno. Lo estoy diciendo en serio. Un futbolista que define el estilo de un equipo. Pero vamos a esperar. Nosotros querríamos verle más, pero el «Cholo» le está dando los minutos justos.

–¿Cuando jugaba imaginaba que Simeone iba a ser un entrenador así?

–No jugué con él, pero le conocí mucho y ya estaba pensando 24 horas en el fútbol. Era un ganador.

–¿Es igual de pesado como entrenador que como futbolista?

–Creo que sí. Es tremendo. Ya era así con sus compañeros en el vestuario.