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Ronaldo se libera

Marcó su mejor gol en mucho tiempo. En el club le ven en mejor estado físico y más alegre con Zidane en el banquillo

Tras un sprint, Ronaldo llegó al borde del área, se libró de dos defensas con un regate y su tiro fue imparable para el portero rival
Tras un sprint, Ronaldo llegó al borde del área, se libró de dos defensas con un regate y su tiro fue imparable para el portero rivallarazon

Marcó su mejor gol en mucho tiempo. En el club le ven en mejor estado físico y más alegre con Zidane en el banquillo

Cuando Rafa Benítez defendía a Ronaldo, sobre todo hablaba de números: de que sus datos físicos indicaban que el portugués se encontraba en un estado de forma mejor que nunca. Ahora, cuando en el club blanco responden acerca de Cristiano, sí se dice que ha mejorado gracias a estas tres semanas de trabajo físico, pero, sobre todo, añaden, que está feliz.

Que su relación con el anterior entrenador no era fluida era un secreto a voces que ninguno de los dos ocultaba. La llegada de Zizou al banquillo le han cambiado el carácter y las ganas. Como gran parte del vestuario del Madrid se ha entregado a su nuevo entrenador, con el que tiene una complicidad inexistente con el anterior.

Ronaldo lleva 19 goles en Liga, tantos como Luis Suárez, aunque es verdad que esta temporada su producción goleadora es distinta a otras campañas. Se ha pasado más partidos sin marcar, mientras que en otros, como contra el Espanyol, se ha dado un festín. Al Bernabéu no le tiene que demostrar ya nada, pero el domingo el público madridista se llevó una alegría: en el segundo gol que hizo, se vio a un Cristiano que no se había mostrado hasta ahora durante esta temporada. En 17 de los goles que ha marcado en el campeonato español nunca dio más de dos toques al balón. Uno que hizo contra el Levante lo tocó tres veces: control, posición y disparo. No hay nada de barroquismo en Cristiano Ronaldo, que ha ido quitando adornos a su forma de jugar para ser lo más concreto posible. Pero a cambio, había perdido capacidad de sorprender con la pelota. Le faltaban sus arrancadas características, la potencia con la que se convirtió en un jugador desequilibrante.

Todo eso que no se veía, lo exhibió contra el Espanyol: conducción, velocidad, regates y tiro. Desde que recogió el balón tras el rebote hasta el tiro, dio seis toques a la pelota. Un jugadón como los de antes. «Como le sucedía a otros, necesitaba arreglar desperfectos», cuentan en el club blanco, haciendo una comparación mecánica. Eso y que «desde luego, está más contento».