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F. C. Barcelona

Un aviso para el campeón

La Supercopa y las dudas atrás, toques de atención para el Barça del tridente, que busca ampliar su reinado

Un aviso para el campeón
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En un año complicado, el Barcelona lo ganó todo. Pasó de estar centrado en los problemas judiciales del «caso Neymar», que van a continuar, o de la guerra de Luis Enrique con Messi a mostrar desde enero un dominio casi aplastante en todas las competiciones: Copa, Liga y Liga de Campeones, esta última conquistada dejando en el camino al campeón de Holanda, de Inglaterra, de Francia, de Alemania y de Italia. Y todo ello, además, con unas elecciones pendientes. En ese sentido, el club ha ganado en estabilidad porque Josep Maria Bartomeu se impuso con claridad en los comicios y ya nadie podrá atacarlo por ahí. El dominio en el terreno de juego también se siguió manteniendo en la Supercopa de Europa, aunque por poco, pues en esa competición ya se adelantó lo que sucedió después, en la Supercopa de España ante el Athletic: las dudas y los errores en defensa han dejado al equipo sin la posibilidad de conquistar su segundo «sextete».

Esa derrota le puede haber servido al equipo para darse cuenta de que necesita estar concentrado y rendir al máximo si quiere mantener su reinado. Un toque de atención para que no se relaje. «Es una temporada especial y somos el rival a batir», admite Luis Enrique. Con él al mando, el Barcelona ha vuelto a ganar tras el paréntesis de la temporada del «Tata» Martino, en la que el conjunto azulgrana sólo sumó a sus vitrinas la Supercopa nacional. El mando que ejerció el conjunto azulgrana con Pep Guardiola en el banquillo, y que había disminuido en los últimos años, sobre todo en Europa, puede repetirse ahora. En realidad no es un nuevo ciclo, es la continuación del mismo con muchos matices. Ya no están, por ejemplo, Xavi o Puyol, pero sigue habiendo un denominador común de estos diez años de éxitos del Barça: Leo Messi, que parece haber resurgido después de pasar «tristón» un par de temporadas. Siguen abiertos sus problemas con Hacienda e incluso puede ir a juicio, pero en el campo ha multiplicado sus labores. Más maduro y comprometido, a meses de ser padre por segunda vez, ahora ha añadido, o mejorado, muchas más cosas a las muchas que ya hacía antes: participa más en la elaboración, juega y hace jugar, se ha convertido en un futbolista total. Además, está rodeado de otros dos fenómenos, Neymar y Luis Suárez, con los que se lleva bien fuera del césped y con los que se entiende a la perfección dentro. «Ney» afronta su tercer curso en el Barça, ya completamente adaptado y muy protagonista después de un primer año sólo bueno. Suárez está en su segundo curso de azulgrana, el primero desde el principio, y no ha tardado en convertirse en fundamental. El uruguayo, humilde para pasar de gran estrella en el Liverpool a simplemente estrella (el líder es Messi), es uno de los que ha modificado en parte el estilo de juego, pues actúa como «9» de referencia. Los tres juntos forman el mejor ataque del mundo y han conseguido que el Barça sea contundente y amplíe miras: ya no sólo es bueno con el balón, porque esa característica la sigue manteniendo, ahora también destroza rivales al espacio.

Sin caras nuevas en la plantilla hasta el mes de enero por la sanción de la FIFA por la contratación irregular de menores, Luis Enrique tendrá que apañárselas para mantener la motivación en la misma plantilla del curso pasado. Muchas veces los fichajes sirven de incentivo para que los que están no se duerman, pero en esta ocasión no va a ser así. La capacidad competitiva del grupo en partidos contra los grandes no es el problema, se gane o se pierda. Lo difícil será mantener el ansia en los campos de los equipos pequeños, donde se puede perder la Liga. Y para ello el entrenador recurrirá a su política de rotaciones, como siempre ha hecho porque es su manera de entender cómo llevar un equipo: con todos dispuestos para participar en cualquier momento. Pero ahí radica la otra gran duda: futbolistas como Sergi Roberto, Rafinha, Sandro, Munir o Bartra deben salir del cascarón. En la Supercopa ofrecieron un alarmante bajón respecto a los «titulares». En ese sentido, echará de menos a Xavi. Rakitic, que ya hizo un fantástico trabajo, puede seguir creciendo, y Alves, protagonista de un final de campaña espectacular, será, un año más, después del culebrón de su renovación, el amo de la banda derecha y una incógnita. Busquets es una seguridad, Alba debe cuidarse de las lesiones e Iniesta es ahora el gran capitán.

Vermaelen, «fichaje» a la espera de Arda y Aleix Vidal

La sanción de la FIFA al Barcelona ha dado como resultado un verano atípico. Los fichajes que suelen amenizar estas fechas han llegado en el equipo azulgrana, pero sólo se les ha visto en los entrenamientos. Ni los amistosos han podido disputar Arda Turan y Aleix Vidal, por los que el campeón del triplete ha pagado 54 millones. El turco, procedente del Atlético, es un jugón más en el centro del campo azulgrana, que dará relevo a partir de enero a Iniesta o Rakitic. El lateral llega del Sevilla para hacerle la competencia a Alves. Pero todo eso será ya en 2016. Hasta ese momento, los seguidores del Barcelona tendrán que conformarse con ver a Vermaelen como gran novedad. El belga entró con mal pie en el equipo en 2014. Llegó lesionado y fue encadenando una dolencia tras otra durante todo el curso. Pudo debutar en Liga sólo al final. En la pretemporada ha sido uno más para Luis Enrique y en la ida de la Supercopa salió desde el inicio. De momento sólo ha estado discreto. No será titular, pero sí entrará en las rotaciones para intentar ganarse más minutos. Es un futbolista con clase, que puede dar al equipo una buena salida de balón. Douglas también apuntaba a ser más protagonista tras un primer año casi inédito. Una inoportuna lesión le mantiene fuera y no volverá hasta que comience la Liga. Por su parte, Munir y Sandro pasan a formar parte de la primera plantilla.