Lisboa
Una fiesta a la altura de la décima Copa de Europa
El madridismo abarrotó la Puerta de Sol, Cibeles y el Bernabéu para disfrutar del título más esperado en la historia del club
El césped del estadio Santiago Bernabeu, el lugar que mejor representa la gloria y la historia del Real Madrid, puso el punto y final a la intensa jornada de celebraciones a la que fue sometida la plantilla y la afición del club blanco.
Todo ayer en Madrid fue europeo. De las 9 de la mañana a las 8 de la tarde se desarrolló la jornada electoral, mientras tanto la afición como los jugadores blancos descansaban después de una noche de ensueño. Cerradas las urnas, la calle fue del Real Madrid y de su gente, que pasearon orgullosos la Décima Copa de Europa por la capital. Habían sido muchos años de espera y todos necesitaban soltar las emociones contenidas durante tanto tiempo. Era el momento de olvidar las seis temporadas eliminados en octavos de final o las tres últimas en las que las semifinales volvieron la cara al conjunto madridista.
La Junta Electoral había impuesto dos prohibiciones expresas a la alegría de la parte blanca de la capital y ambas fueron incumplidas. Cibeles debía estar desalojada antes de las 4:30 de la mañana del domingo y a esa hora los jugadores ni siquiera habían llegado para celebrar con la Diosa. La otra condición era que todos los actos fueran interiores, nada al exterior, pero la Puerta del Sol estaba abarrotada de madridistas y los futbolistas no quisieron que la espera fuera inútil. La salida al balcón no estaba prevista hasta que el protocolo se rompió y hubo saludo y discursos para la multitud que quería ver a sus ídolos.
Lo primero fue visitar a Ignacio González en la sede de la Comunidad de Madrid y después fue Ana Botella la que recibió en el ayuntamiento a la «Orejona». Los dos dirigentes se pusieron una camiseta blanca con el número uno, sus nombres respectivos y la firma de toda la plantilla, que sobrevivía al cansancio y la falta de sueño elegantemente vestida. Resultaba complicado reconocer a Modric, al que una apuesta le obligó a cortarse su característica melena rubia. De ese mismo color era, de repente, la barba de Carvajal, otro que quiso conmemorar el éxito cambiando el «look».
Florentino Pérez disfrutó más que nadie con el paseo de los campeones. Desde el primer asiento del autobús de los directivos saludaba a los aficionados con la mano y tenía una sonrisa y una conversación amable para todo con el que se cruzaba. Ignacio González, en su discurso, le designó como heredero de la forma exitosa de presidir el club que se inició con Santiago Bernabéu, mientras que Florentino recordó en sus palabras que la Décima era una obsesión que se ha cumplido, pero la ambición no se detiene. «La cultura del Real Madrid implica superar este récord», dijo antes de elogiar al rival vecino, que salió derrotado de Lisboa con la cabeza muy alta.
Los blancos tuvieron que esperar a que se cerraran los colegios electorales para dar comienzo a su «Tour de la felicidad» y las prisas casi consiguieron que la Copa se quedase olvidada en el Palacio de Telecomunicaciones. Toda la comitiva estaba ya en el autobús cuando alguien se dio cuenta de que faltaba la «Orejona», que fue la última en subir en las manos de un miembro del equipo de protocolo. Había madridistas y ganas suficientes para llenar todos los rincones de la ciudad, así que en la siguiente parada el Bernabéu, casi todos los asientos estaban ocupados. Quedaba el fin de fiesta, los fuegos artificiales y el recibimiento uno a uno a todos los miembros de la plantilla y el cuerpo técnico.
- Los jugadores cantan
Una de las sorpresas desveladas fue la canción de la Décima, compuesta por Red One y cantada por los futbolistas blancos. Un nuevo himno que se unirá al ¡Cómo no te voy a querer! que otra vez atronó muchas veces en la tarde de ayer. Uno a uno y empezando por Ancelotti y Zidane, la afición fue coreando a sus héroes, que recorrían un pasillo de luz con los focos del estadio apagados. Para el final quedaron los pesos pesados: Sergio Ramos, el gran protagonista de las semifinales y de la final, Cristiano Ronaldo, una debilidad para todos los madridistas, e Iker Casillas, el gran capitán mimado por la multitud tras el fallo en el gol de Godín. En el fondo de la memoria aparecía ya aquella jugada, como un recuerdo muy lejano, mientras la celebración llegaba al final. Era el momento de entonar otra vez la canción de la Décima, esta vez con voz en directo y Ancelotti como maestro de ceremonias.
Del césped ya habían desaparecido las réplicas de los nueve títulos anteriores para dar paso a la vuelta de honor que Casillas dio con el pequeño Martín en brazos. Una celebración increíble antes de dar paso al Mundial para algunos y a las vacaciones para otros. El 12 de agosto en Cardiff espera la siguiente final, la Supercopa de Europa frente al Sevilla. Después la de España y el Mundialito.
Un himno para el madridismo
Red One es el nombre artístico de Nadir Khayat, productor de los éxitos de Lady Gaga y creador de la Canción de la Décima, que ayer fue presentada por primera vez en el Santiago Bernabéu cantada por los futbolistas. Carlo Ancelotti también quiso participar y acabó convirtiéndose en el auténtico protagonista, cuando en un gesto de lo más natural tomó el micrófono y pidió música y un papel con la letra, que todavía no ha podido aprenderse y que dice así: Historia que tu hiciste/historia por hacer/porque nadie resiste/tus ganas de vencer.Llevo tu camiseta/pegada al corazón/los días que tu juegas/son todo lo que soy.Y al son de la saeta/avanza mi Madrid/soy lucha, soy leyenda/el grito que aprendí.Madrid, Madrid/hala Madrid y nada más/Hala Madrid!!!!Un himno que en el club esperan que se convierta en habitual los días de partidos importantes.
El planeta se rinde al campeón
«Una final memorable», «el delirio madridista», «el rey del continente», «una remontada épica», «el rey de Galés es también el rey de Europa», «Sergio Ramos, imperial, forzó la prórroga»... la prensa mundial se rindió de forma unánime a la Décima. En Europa y en el resto del planeta las portadas de los periódicos reflejaban el triunfo del Madrid ante el Atlético en la prórroga. Nadie escatimó elogios para la victoria del equipo de Ancelotti.
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