Fórmula 1
HALO, seguridad y chanclas
El nuevo arco de los monoplazas protege la cabeza de los pilotos y su forma recuerda
El nuevo arco de los monoplazas protege la cabeza de los pilotos y su forma recuerda.
En 1994 la FIA emprendió una batalla para mejorar la seguridad en los coches de F-1. Las muertes de Senna y Ratzenberger en San Marino y el fuerte accidente de Werlinger en Mónaco provocaron una sensación pésima alrededor de los monoplazas. Desde entonces, el trabajo de investigación de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y de sus responsables de seguridad ha sido enorme. La llegada de nuevos materiales y la tendencia a proteger la cabeza de los pilotos dio como resultado diseños de coches más envolventes en esa zona del coche y cero muertes desde entonces (Jules Bianchi sufrió un terrible accidente en 2014, pero falleció meses después en un hospital galo).
Ahora la FIA, después de muchos debates internos y consultas con los equipos que sirvieron de poco ante la falta de acuerdo, ha regulado formalmente la incorporación del HALO, una especie de arco de seguridad situado por encima de la cabeza de los pilotos con tres puntos de anclaje que alcanzan la zona superior del habitáculo y la zona central de coche. Se trata de una pieza de titanio que pesa unos siete kilos a lo que hay que sumar otros ocho relativos a los refuerzos y soportes que ha debido de sufrir el chasis para fortalecer su presencia. El artilugio aparenta ser una cosa menor, un hierro poco estético y muy feo que, sin embargo, podría soportar el peso de un autobús de dos plantas como los que circulan por Londres. El dato lo ofreció Jame Allison, director técnico del equipo Mercedes y que ha echado muchas horas extra para adaptar el HALO al monoplaza y, a la vez, buscarle alguna utilidad aerodinámica, ya que en la F-1 cualquier cosa debe tener un provecho para ganar velocidad o apoyo en curva. Incluso, con la llegada de este elemento de seguridad y el consiguiente aumento de peso, algunos equipos pidieron a sus pilotos adelgazar para mejorar alguna décima y compensar el aumento de peso del coche en la báscula.
Sólo hay tres empresas autorizadas y homologadas por la FIA para suministrar este arco de seguridad a competiciones como la F-1, la F-2 y la Fórmula E (CP Autosport, V-System y SST Technology) y el precio de la unidad asciende a 15.000 euros.
El objetivo del HALO es minimizar los daños al piloto en determinados tipos de accidentes que se han repetido en los últimos años, sobre todo, cuando saltan objetos por los aires. En 2009, por ejemplo, el joven piloto John Surtees murió en una carrera disputada en Inglaterra al caerle en la cabeza un neumático despedido de otro coche y Felipe Massa estuvo a punto de perder un ojo cuando una pieza de otro monoplaza se coló en la visera del casco a pesar de ser antibala. La FIA creó una comisión especial para estudiar la viabilidad de varios sistemas y llegó al convencimiento de que el HALO era la mejor solución en detrimento del Aeroscreen, una especie de visera transparente, que es mucho más estética, aunque no ofrece tantas garantías.
El otro tipo de accidente que intenta evitar el HALO son los choques entre monoplazas que terminan subidos unos encima de otros, una situación que vivió directamente Fernando Alonso en varias ocasiones. La primera fue en 2012 cuando Romain Grosjean provocó una colisión en cadena durante la salida del Gran Premio de Bélgica y el morro de su coche rozó la cabeza del asturiano. El caso contrario ocurrió años después en Austria cuando el McLaren del ovetense se subió encima del Ferrari de Raikkonen y a punto estuvo de dañar al piloto finés.
El HALO no ha contentado a muchos aficionados, que se quejan de su escaso valor plástico y lo molesto que resultar a la hora de disfrutar de las imágenes que ofrecen las cámaras colocadas en los coches. Sin embargo, los departamentos de marketing de escuderías como McLaren y Force India han sido capaces de vender este espacio extra que ofrece ahora el coche a fabricantes de chanclas de playa como «Gandys» y «Hawaianas», ya que si vemos el coche desde arriba la presencia de HALO ofrece una imagen que recuerda a este calzado veraniego.
En principio, el HALO ha pasado el difícil filtro de los pilotos, que se habituaron a él ya en los primeros kilómetros de entrenamientos. Sin embargo hay expertos en seguridad que ponen en duda la función del HALO en grandes accidentes, sobre todo, en lo relativo a la extracción del piloto, ya que puede dificultar mucho esta labor.
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