Histórico y «normal»

Zidane le pone tranquilidad y una sonrisa al oficio de entrenador. Prefiere el perfil bajo: «Todo el mérito es de los jugadores», dice.

Las cuatro primeras Copas de Europa del Real Madrid se las repartieron José Villalonga y Luis Antonio Carniglia, los únicos entrenadores que habían ganado dos máximos títulos europeos consecutivos con el conjunto blanco hasta que el curso pasado lo hizo Zidane. Cuentan las crónicas de la época, concretamente en una previa de un clásico ante el Barcelona, que el carácter «discreto de Carniglia, continuación del perfil bajo de Villalonga a pesar de su exitoso palmarés», contrastaba con el protagonismo de Helenio Herrera en el banquillo azulgrana. Los dos preparadores madridistas hacían poco ruido, pero ganaban, algo parecido a lo que le sucede a Zidane, tímido hasta extremos que pocos podrían creer.

Causeur es un escolta del Real Madrid de baloncesto, internacional por Francia, amante del fútbol y admirador de Zidane, tanto el futbolista como el entrenador. Fabien ha coincidido varias veces con Zizou en el comedor de la residencia de los jugadores en Valdebebas, pero todavía no ha encontrado la oportunidad de saludar a su ídolo. Reconoce que sí ha tenido algunas conversaciones con Benzema, con el que también comparte idioma y país de nacimiento, pero no con Zidane, precisamente por la timidez del ex futbolista. Zinedine trata de pasar inadvertido en el comedor y se empeña en hacerlo también ante los medios por muchos títulos que acumule. Pocas veces ha perdido la sonrisa en las derrotas más duras y cada día, cuando se levanta para ir al entrenamiento, agradece la oportunidad que le han dado de dirigir al Real Madrid. Ve como un privilegio estar al mando de una plantilla con tanta calidad, la mayoría estrellas, que sienten que el jefe es uno más de ellos y no alguien situado por encima. Sergio Ramos, Cristiano, Marcelo, Modric e Isco han reconocido públicamente la importancia que ha tenido para ellos y para el grupo la llegada de Zizou. Isco llegó a afirmar que gran parte de la culpa de su renovación (cuando había rumores de una oferta del Barça) la tuvo su técnico.

Él les da espacio y confianza y ellos responden en los momentos importantes. Los protagonistas son los que juegan y eso lo tiene muy claro el técnico francés, que siempre responde «Cristiano» cuando le preguntan quién fue mejor jugador si él o el portugués. «Con mucha diferencia, aunque yo también hice una buena carrera», continúa siempre Zidane. Sabe que su destino es el de sus futbolistas y nunca olvida que en un puesto como el suyo no hay ayer ni mañana, sólo el último resultado es el que cuenta. «Jamás vamos a discutir el Real Madrid y yo», dice al ser consultado por el momento en que tenga que dejar el puesto, y muy pocas licencias personales se ha permitido tras cada éxito.

Le dedicó a su mujer el premio a mejor técnico de 2017 para la FIFA y dijo después de ganar la Liga y la Champions que era el momento más feliz de su carrera. Sus críticos le acusan de falta de preocupación por la pizarra, aunque ha superado en días importantes a gurús de la táctica como Simeone o Allegri. Zidane le pone normalidad al oficio de entrenador, como hacían Carniglia y Villalonga, los otros dos que también ganaron dos Copas de Europa seguidas.