Los Angeles Lakers
Kobe sigue siendo único
La estrella retirada de Los Angeles Lakers se convierte en el único jugador al que su equipo le retira dos camisetas
La estrella retirada de Los Angeles Lakers se convierte en el único jugador al que su equipo le retira dos camisetas.
Kobe Bryant ya es superior en algo más a Michael Jordan. Ninguna otra estrella de la NBA ha vivido una ceremonia similar a la que disfrutó ayer el mítico escolta de Los Angeles Lakers. Kobe es el primer jugador al que una misma franquicia le retira dos dorsales, el 8 y el 24. Son los números con los que, en palabras de Magic Johnson, «se forjó la leyenda del mejor jugador que ha vestido la camiseta púrpura y oro, el mejor jugador de la historia de los Lakers». Kobe aterrizó en la Liga obsesionado con la figura de Jordan y después de 20 años se convirtió en un clon de «Air». Diez años con el número 8, tres títulos y 16.866 puntos. Otros diez con el 24, dos anillos más y 16.777 puntos. Legendario en ambos casos.
«Para mí no se trata de que mi camiseta esté ahí, sino de las que estaban antes que las mías. Sin esos jugadores no podría estar hoy aquí. Ellos me inspiraron a sacar lo mejor de mí. Jerry Buss creyó en un chico delgaducho que venía de Philadelphia. Creo que los aficionados nunca han sabido lo presentes que los tenía. Han estado conmigo a las 5:30 de la mañana cuando iba a entrenar. Esas enormes expectativas que teníais puestas en el equipo y en mí me empujaban cada mañana. Muchas gracias. Gracias por ser una inspiración para mí. Lo importante no es el destino, sino el viaje. Os quiero», acertó a pronunciar un Kobe desconocido en el descanso del partido entre sus Lakers y el mejor equipo del mundo, los Warriors de Golden State. Rodeado de su esposa y de sus tres hijas, con la voz temblorosa y desbordado por la situación, el cinco veces campeón de la NBA, dos veces campeón olímpico, el tercer máximo anotador de la historia, el 18 veces «All-Star»... se mostró más humano que nunca.
La leyenda de Kobe Bryant no hace más que aumentar con la retirada de los dos dorsales. Ningún jugador de la historia ha anotado 40 puntos o más a todos los equipos de la Liga sin excepción. Sólo los 100 puntos de Wilt Chamberlain superan los 81 que anotó a los Raptors de José Manuel Calderón; nadie se destapó con 60 puntos en la noche de su despedida; nadie fue titular tan joven en un Partido de las Estrellas y de nadie dijo Michael Jordan: «Cuando veo sus partidos, veo mucho de mi forma de jugar». Ante ese Kobe y ante el que la NBA se rindió ayer de forma unánime, incluido su ex compañero Gasol –«mi hermano», como dice Pau–, aparece el otro Kobe...
Aparece el jugador que fue acusado de violación, aunque luego se le retiraran todos los cargos; el jugador al que Phil Jackson calificó como «imposible de entrenar»; la estrella que sembraba el pánico en el vestuario entre sus compañeros novatos menos cualificados; el jugador al que las estrellas del equipo calificaban como el mayor ego de la Liga; el jugador que no renunció a contratos multimillonarios para favorecer la reconstrucción de la franquicia californiana; el jugador del que se aseguraba que vetaba fichajes que le pudieran restar protagonismo... Kobe también fue todo eso, aunque las dos camisetas que cuelgan desde ayer en la casa de los Lakers se centren en lo importante: él fue uno de los más grandes.
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