Mundial 2014
Lo que sucede, conviene
Del Bosque tiene que decidir si continúa los dos años que le quedan. Él siempre dice que las cosas pasan por algo
Tras acabar el partido, Del Bosque se dirigió al autobús. Se subió al primero que encontró, pese a que en la puerta un niño sujetaba un cartel donde se leía: «Chile». Cuando el seleccionador levantó una pierna, el niño le avisó de que se había equivocado.
Hay una sentencia que Vicente del Bosque aplica casi siempre: «Lo que sucede, conviene». Es decir, incluso los peores momentos, vistos con perspectiva, pueden conducir a algo positivo. Claro que se necesita que pase tiempo, a veces mucho, para ver el lado bueno de una mala vivencia o de una mala elección. Van a tener que pasar días o meses o años para que el actual seleccionador encuentre sentido a la eliminación de España. Del Bosque ha pasado de ser el entrenador que condujo a la Selección al mejor Mundial jamás jugado a convertirse en el técnico que ha firmado el peor papel de España en un Campeonato del Mundo. Ha pasado de ganar todos los partidos a no vencer en ninguno.
El entrenador tiene contrato dos años más, hasta la siguiente Eurocopa, en Francia. La Federación suele firmar antes de que se disputen los grandes torneos internacionales y suele respetar lo pactado. Sin embargo, no está claro que continúe en el cargo, que se retire o que siga en un puesto en la Federación. Nada más acabar el encuentro le preguntaron por su futuro: «A reflexionar con calma. Esta Federación está bien consolidada, no está en descomposición y tenemos tiempo por delante para buscar lo mejor para el fútbol español, y eso también incluye la pregunta que hacías sobre mí», contestó.
Ayer, corría por whatsapp un «meme» titulado «Las expresiones de Del Bosque»: bajo la misma cara imperturbable se leía feliz, triste, enfadado, orgulloso, confuso. Así hasta ocho sentimientos. Nunca cambia de gesto y tampoco ha sido nunca un hombre de provocar incendios, en todo caso lo contrario: moderado y prudente (también en su concepción del fútbol), amable en el trato, sabe que su puesto le obliga a estar en el centro de las críticas, como estuvo en el centro del éxito. Pero no parece especialmente afectado. Lo ha sido todo en el fútbol. Jugador y entrenador del Real Madrid, cuando salió del club se marchó a Turquía, donde su experiencia no fue agradable, ni en lo deportivo ni para cobrar lo que había firmado. Llegó a la Selección en un momento de gloria y la mantuvo en la élite durante cuatro años. Pero en el fútbol el pasado no tiene ningún valor en el presente. «Estos días no sirvieron a Del Bosque para limpiar la cabeza a sus jugadores del baile de Holanda», criticó, entre otros, Maradona.
A favor, el primero que habló fue Sergio Ramos: «Si Vicente quiere seguir al mando de la Selección tiene todo nuestro respeto. Con él hemos vivido años magníficos». Su mayor éxito ha consistido en saber llevar a los futbolistas y hacer una suave transición cuando se fue Luis Aragonés y llegó él al banquillo de la Selección. Por su carácter nunca ha sido un hombre de grandes revoluciones y sí de respetar las jerarquías en el vestuario. Sin ningún afán de protagonismo, recogió la herencia y sólo tocó lo justo para seguir ganando. Después de la victoria en la Eurocopa hace dos años y tras llegar a la final en la Confederaciones, nunca tuvo planes de cambiar el equipo. Si sigue, no le va a quedar más remedio. Si no, el cambio lo hará otro. Sea lo que sea, será lo que conviene.
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