Messi paseó por el Santiago Bernabéu, como tantas otras veces en tantos otros campos. Él suele medir cuándo hay que acelerar y cuándo frenar, aunque en partidos como el clásico suele llevar el freno de mano menos echado. Sabe que es el centro de atención, allí ha marcado quince goles y ganado, con esta última, once veces en 20 visitas, pero su última aparición no ha sido la mejor que ha tenido en el estadio blanco. «Tenemos otros jugadores aparte de Leo que también hacen goles», aseguró Valverde. Cuando todos esperaban al «10, apareció Dembélé. Debutante con la camiseta del Barça en el Bernabéu (jugó con el Dortmund en 2015, empató a dos), el francés es un jugador a veces extraño. Tampoco es el que más participa en el juego, es de momentos más que de continuidad, y sus momentos contra el Madrid fueron decisivos. Primero corrió por la banda izquierda para encontrar el pase de Jordi Alba al otro lado, y su pase atrás lo remató Luis Suárez. Después se le vio por la derecha, y centró desde ahí (¿es Dembélé zurdo o diestro?) para que Varane metiera en su portería el 0-2, ante el empuje de Luis Suárez, que estaba preparado para rematar.

Como Messi, Dembélé se marchó del Bernabéu sin rematar ni una vez a portería. No le hizo falta para ser determinante.