Orgullosos de Cristiano

Hasta para un vestuario de tanto nivel como el del Real Madrid, la llegada de un Balón de Oro hace que el entrenamiento matinal antes de un partido de vuelta de cuartos de Copa sea especial. No fue un día cualquiera ayer en Valdebebas, porque Cristiano Ronaldo se ponía por primera vez las botas de tacos como mejor jugador del mundo de 2013. Toda la plantilla aplaudió al hombre del día, que no se libró de las habituales bromas, y hubo foto de familia para el recuerdo con Cristiano y Ramos en el centro enseñando sus trofeos, rodeados de todos con los que comparten el día a día. Hasta el último de los auxiliares quiso aparecer junto a la bola dorada antes de continuar con una temporada que se acerca a los momentos decisivos.

Además de ganarlo, también es difícil tener cerca alguna vez un trofeo tan exclusivo y, por eso, los más jóvenes alucinaron con el «souvenir» que Ronaldo les llevó a los vestuarios. «Gracias a Cristiano por dejarme el Balón de Oro para tener esta foto siempre de recuerdo. Increíble, ¡crack!», escribió en Twitter Jesé Rodríguez, un chico que está dando sus primeros pasos en la élite y del que «CR7» está siempre pendiente.

Un jovencito de esos para los que, en opinión de Ancelotti, la estrella portuguesa es un ejemplo por su dedicación en busca de ser cada día un poco mejor: «No me sorprendió su capacidad para marcar muchos goles ni su calidad, pero sí un poco su personalidad y capacidad de sacrificio dentro y fuera del campo, porque antes no lo conocía personalmente. Es un ejemplo para los jóvenes. En el campo no protesta y para el fútbol en general es una muy buena imagen. El fútbol necesita jugadores como Cristiano, Messi, Ribéry o Thiago Silva», dijo Ancelotti, que fue la voz del vestuario en la previa del choque ante Osasuna. El técnico admitió que el madridismo debía estar contento por lo conseguido por su máximo ídolo, aunque después de los elogios se puso enseguida a pensar en lo que viene y en sacar lo mejor del «7»: «Para mí es mayor la responsabilidad de entrenar a un Balón de Oro y también para él. Sé que es difícil pedirle más a un futbolista que ha marcado 69 goles en un año, pero yo voy a hacerlo», continuó el técnico, que tenía una explicación a la catarata de emociones que invadió al portugués al subir al escenario: «Le sucedió porque le gusta el fútbol, disfruta con lo que hace y trabaja mucho para ser el número uno. Es un premio a todo su trabajo».

Fiel a su costumbre de no detenerse en busca de la siguiente marca que superar, Ronaldo entró en la convocatoria para El Sadar y esta mañana viajará con el equipo a Pamplona. No le gusta entrar en las rotaciones, así que Ancelotti lo tiene a su disposición para cerrar definitivamente el pase a los cuartos de Copa. Porque Cristiano nunca se detiene e incluso antes de dejar el Palacio de Congresos de Zúrich dejó un mensaje para el futuro: «Voy a seguir dando lo mejor de mí mismo en cada partido, como he hecho siempre. Espero volver aquí el año que viene, quiero ganar el tercero de mi carrera, es mi intención», reflexionó en la página oficial de la FIFA.

El capitán Casillas ejerció de portavoz de la plantilla y de la mayoría del madridismo, que ha vivido este momento como una especie de primer título del curso: «Presumimos de tener el Balón de Oro 2013. Tus triunfos, los nuestros»», escribió Iker en las redes sociales junto a la foto de familia antes del entrenamiento. La afición tenía tantas ganas como su estrella de que la constancia y la progresión de «CR» fuera reconocida por un galardón monopolizado por Leo Messi las últimas cuatro ediciones. La espera había sido larga desde 2008, cuando fue de oro por primera vez tras ganar la Liga de Campeones con la camiseta del Manchester United.

Algo parecido al madridismo le sucede a la afición portuguesa, que enfureció cuando apareció el vídeo de Joseph Blatter parodiando a Ronaldo y ha enloquecido de orgullo con el éxito de su compatriota.