Euroliga
Otra vez Spanoulis
El escolta del Olympiacos resucitó en el último cuarto para llevar a los griegos a la final. El CSKA tembló en los últimos tres minutos
El escolta del Olympiacos resucitó en el último cuarto para llevar a los griegos a la final. El CSKA tembló en los últimos tres minutos.
Cuando los jugadores del CSKA tienen pesadillas aparecen tipos vestidos con camisetas del Olympiacos. Los demonios de los rusos van de rojiblanco y el jefe es Vassilis Spanoulis. El escolta de 34 años y su equipo lo volvieron a hacer. Como sucedió ante el mismo rival en la final de Estambul 2012 cuando remontaron 19 puntos; como sucedió en la semifinal de Londres 2013; como sucedió en la semifinal de Madrid hace dos años... En el cuarto cruce en seis años en una Final Four entre ambos volvieron a ganar los griegos. Olympiacos regresa a la final de la Euroliga después de otro de esos partidos que alimentan la leyenda de un equipo irreductible.
Desde el 7-9 del primer cuarto los griegos fueron siempre por detrás. Las desventajas alcanzaron los 13 puntos, pero Olympiacos no se rinde jamás y eso que el CSKA respondió a cada intento de asalto con un pequeño tirón, pero eso fue hasta los tres minutos finales cuando Spanoulis resucitó y encontró la inestimable ayuda de Green, uno de esos estadounidenses que los griegos se inventan de vez en cuando. Spanoulis había vivido una tarde gris y si su equipo había llegado con vida hasta el final era por el acierto exterior de Mantzaris y Papanikolau. En los rusos los únicos que respondían eran De Colo y Teodosic y al final ni eso.
Spanoulis llegó al último cuarto con cuatro puntos anotados, ninguna canasta en juego. Su primera canasta fue un toque de atención (65-64) al que respondió el CSKA con su última escapada (69-64). Luego desapareció y el griego se adueñó del partido. Bandejas, un triple imposible desde ocho metros saltando hacia atrás, asistencias... Todo en menos de cuatro minutos para llevar el pánico a los rusos. En medio del tembleque del CSKA se apuntó Green a la fiesta para culminar la sorpresa en Estambul. Olympiacos era el único de los semifinalistas que necesitó los cinco partidos para llegar a la Final Four, no era favorito, pero... Spanoulis y los suyos tienen más fe que nadie.
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