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¿Qué clásico?

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El Barça quiere evadirse del ruido del partido con el Madrid para defender el 1-2 de la ida ante el Manchester City.

Cuatro veces negó Luis Enrique al Real Madrid. No al equipo, sino al duelo que tiene que enfrentar al Barcelona con los de Chamartín el próximo domingo. «El partido del siglo», dice el tópico. «Media Liga en juego», continúa. Demasiado ruido, un problema, sobre todo porque antes el Barça tiene un misión que cumplir: superar la eliminatoria de octavos de la Liga de Campeones contra el Manchester City, en la que tiene ventaja tras el 1-2 logrado en el partido de ida. «Es más importante este partido que el del domingo», opinó Iniesta con todo el criterio del mundo, porque una derrota hoy supone la eliminación de la competición más prestigiosa del planeta, y si los azulgrana caen ante el Real Madrid, pierden el liderato, pero la Liga continúa.

Es casi inevitable que el clásico sea una distracción, aunque el mensaje que lanzó ayer el técnico fue muy claro. «Sólo existe el encuentro de mañana [por hoy]», dijo una vez. «Busquets no llega contra el City, y como sólo me interesa ese partido...», respondió también. Otra forma de decir lo mismo. El puesto de «4» lo ocupará Mascherano, y enfrente estará el hombre al que sustituyó cuando llegó al Barça en 2010: Touré Yaya, baja en la ida por sanción.

El tono general en el equipo español es de desconfianza. «No nos fiamos», insistió Luis Enrique. «Ellos tienen mucho peligro si no hacemos las cosas bien», aseguró en la misma dirección Iniesta. Todo parece tan favorable a los azulgrana que el duelo puede convertirse en peligroso: está el 1-2 de la ida, que obliga al City a tener que marcar al menos dos goles en el Camp Nou si quiere pasar, y también las rachas opuestas con las que llegan ambos conjuntos. Si el Barcelona ha recuperado el liderato en el campeonato nacional y sólo ha perdido un encuentro en lo que va de 2015, los ingleses cayeron el pasado fin de semana en el campo del débil Burnley y se alejaron de la Premier. «Estamos bien», admitió Iniesta, aunque en las últimas actuaciones el juego no haya sido brillante: discontinuo ante el Rayo y sólido sin más ante el Eibar, al ritmo de los acelerones de Messi. «Tener a Leo siempre es una ventaja. Es de los pocos jugadores que puede ganar un partido él solo», continuó el centrocampista, que hoy cumplirá 535 partidos con la camiseta del Barcelona.

El Manchester City llega con Pellegrini muy cuestionado. «No siento ninguna presión de que me estoy jugando el puesto, ni mucho menos. La presión que sí siento es que el equipo juegue esta segunda parte de la clasificación de la manera que toca», piensa el entrenador chileno. ¿Y cómo es esa manera? «Como en la segunda parte de la ida», añadió. El Barça intentará repetir lo que hizo en la primera mitad en Manchester, posiblemente la mejor del curso. «Debemos tener la sensación de controlar lo que sucede», analizó Iniesta. «Sólo hay un balón y tenerlo será clave», explica Luis Enrique. «Especular sería un error», concluye.