¿Un Mundial sin Messi?

Argentina es un caos en los despachos y sobre el césped. Hoy recibe a Colombia obligada a ganar.

El hombre que hizo debutar a Messi en la selección y el que pulió en su época juvenil a Mascherano es el siguiente obstáculo de Argentina en su cada vez maás angustiosa carrera hacia el próximo Mundial. «Yo pienso como colombiano, siento dolor por la situación que está viviendo el fútbol de mi país y afecto por muchos de los que trabajan en la Federación», pero soy un profesional», decía José Pekerman, técnico albiceleste en la Copa del Mundo 2006 y tricampeón mundial juvenil con Argentina. Ahora dirige a Colombia, rival hoy de una Argentina herida tras la debacle frente a Brasil. A falta de siete jornadas, el equipo de Messi está fuera de los puestos que dan plaza para Rusia 2018. Queda mucho, tienen tiempo y puntos en juego, pero la situación ha ido complicándose hasta extremos impensables. Argentina suma cuatro partidos sin ganar, de los tres últimos, dos sin Messi y uno con su estrella. Leo renunció tras perder la final de la Copa Centenario en un arrebato, cambió de opinión en frío, pero los problemas siguen cuando se pone en el pecho el escudo de su país. Le acusan, como al resto de estrellas que juegan en Europa, de no sentir los colores, de no tener ganas de luchar por Argentina y de no saber ponerse en el lugar de los «pibes» que suspiran por que su equipo gane.

La realidad es que el equipo ha fagocitado a los tres últimos técnicos y que Bauza aceptó el cargo después de la negativa de varios nombres con más peso. La Federación está marcada por la corrupción y descabezada hasta tal punto que en alguna concentración los jugadores han tenido que poner dinero para el autobús.

En un acto de desesperación, los directivos intentaron fichar a Simeone y no han perdido la esperanza de que Sampaoli acuda al rescate. Un caos en los despachos y en el césped de un gigante que, hasta ahora, nunca se perdió un Mundial.