Sáhara

El enfado de Argelia con Sánchez pone en riesgo casi la mitad del gas que llega a España

Es el mayor proveedor de gas natural para nuestro país, con el 43% del total el año pasado. El Gobierno “confía” en que no afecte al suministro, aunque es el segundo agravio al país en pocos días

El sorprendente y brusco cambio de postura del Gobierno español ante el conflicto en el Sáhara Occidental –colonia española hasta 1976–, puede abrir un segundo frente en la crisis energética, tras el causado por la invasión rusa de Ucrania. Marruecos ha logrado imponer su postura al Ejecutivo de Pedro Sánchez, que apoyaría el plan de autonomía de Marruecos y descartaría el referéndum de autodeterminación. El problema es que Argelia es el gran protector del Frente Polisario, además del principal suministrador de gas a España.

Ahora, el giro copernicano de la política exterior española sobre el Sáhara no ha sentado nada bien en Argel y podría poner en riesgo el suministro de gas natural en un momento ya de por sí complicado desde el punto de vista energético, con los precios del gas y del petróleo disparados por la guerra en Ucrania. En 2021, Argelia fue el mayor vendedor de gas a España, enviando a nuestro país el 43% de todo el que consumimos. A años luz se encuentran Estados Unidos (14%), Nigeria (11%) y Rusia (9%). Por este motivo, cualquier cambio de importancia en la relación diplomática entre España y Argelia puede ser fatal para la seguridad energética de nuestro país.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, no quiso aclarar este viernes si Argelia había sido informada de antemano sobre el cambio de posición del Gobierno, escudándose en que “la diplomacia requiere discreción”, pero sí se mostró convencido de que no afectará al suministro de gas a España por parte de este país. “Argelia ha demostrado repetidas veces que es un socio fiable”, ha sostenido, asegurando que mantiene una relación “fluida” con su homólogo argelino.

Segundo agravio en pocos días

No obstante, este es el segundo ‘agravio’ del Gobierno a Argelia en poco más de un mes después de que a principios de febrero anunciara que había accedido a la petición de Marruecos de ayudarle a garantizar su seguridad energética mediante la regasificación en España de Gas Natural Licuado (GNL) comprado por Rabat para su posterior envío a este país mediante el gasoducto GME. Entonces, Argel ya advirtió de que en ningún caso España podría hacer llegar gas argelino a Marruecos. Una piedra más en la relación entre España y el Gobierno argelino ante este giro, que por contra ha sido muy celebrado por Marruecos y que da por superada la crisis diplomática que desencadenó hace casi un año la acogida en España por motivos humanitarios del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.

Esta misma semana,Leila Benali, ministra de Transición Energética y Desarrollo Sostenible de Marruecos, anunció que su país comenzará a importar GNL (gas natural licuado) a partir del próximo gracias a las infraestructuras con las que ya cuenta, en clara referencia al gasoducto del Magreb (GME). LA RAZÓN ya anunció a principios de marzo, de fuentes oficiales, que se había alcanzado un acuerdo para reutilizar esta instalación, inutilizada temporalmente por la decisión unilateral de Argelia. En cualquier caso, el gas que se transportará a Marruecos será el que ha adquirido este país en los mercados internacionales y nunca el que Argel envía a España.

Cierre del gasoducto del Magreb

El pasado mes de octubre, Argelia cerró el gasoducto del Magreb y dejó a España sin el 25% del abastecimiento de gas, tras la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Marruecos. Tras 25 años, Sonatrach cerró la llave al paso de gas por Marruecos, aunque aseguró que se compensaría con buques metaneros. El GME se construyó hace 25 años gracias a un acuerdo entre la empresa estatal de hidrocarburos argelina Sonatrach y la energética española Enagás y supuso la consecución del primer tramo de un sueño que albergaron en la década de los 60 del siglo XX empresas coloniales francesas, quebrado tanto por la cruenta guerra de independencia como el estallido del conflicto en el Sahara Occidental. Con inicio en Hasi R’mel, en pleno desierto argelino, consta de 1.620 kilómetros de longitud y cinco secciones, una de las cuales atraviesa Marruecos, tiene capacidad para el transporte anual de unos 8.000 millones de pies cúbicos, y surte tanto a España como a Portugal.

Según el plan de Operación de Enagás, las entradas a través de la terminal que se sumerge en el estrecho de Gibraltar y reaparece en la localidad española de Zahara de los Atunes (Cádiz) eran de entre 7.000 y 8.000 GWh de gas al mes, lo que significaba cerca del 25% del gas natural que importa España. Un porcentaje similar llega a través del único gasoducto que une directamente a los dos países, conocido como Medgaz, que arranca igualmente en Hasi R’mel y cruza el Mediterráneo para resurgir en la ciudad española de Almería.