Energía

Madrid y Rabat llegan a un acuerdo para reutilizar el Gasoducto del Magreb y llevar gas a Marruecos

Tan sólo faltan detalles técnicos que deben concretar Enagas y su homólogo marroquí. El gas no es el que viene de Argelia sino el comprado en los mercados internacionales

Gasoducto del Magreb
Gasoducto del MagrebLa Razón

Marruecos podrá utilizar el gasoducto del Magreb (GME) en sentido inverso, con lo que las dos plantas de producción de electricidad que estaban paralizadas se pondrán en marcha. “Marruecos ha pedido apoyo para garantizar su seguridad energética sobre la base de las relaciones comerciales y España ha respondido positivamente a su petición, como corresponde hacer con cualquier otro socio o vecino”, según han informado a LA RAZÓN fuentes oficiales. Argelia, según medios de Rabat. trataba de boicotear el acuerdo pero no lo ha conseguido.

“Con total transparencia, Marruecos podrá adquirir GNL en los mercados internacionales, desembarcarlo en alguna planta de regasificación peninsular y utilizar el gasoducto del Magreb para que llegue a su territorio”, añadieron.

Precisaron que que “la remisión de gas desde España a Marruecos requiere una adaptación técnica menor. Además, es necesario un acuerdo entre ENAGAS y su homólogo marroquí para establecer las reglas de operación técnica del gasoducto”.

La llegada del gas a Marruecos permitirá poner de nuevo en marcha las centrales eléctricas de ciclo combinado de Tahaddart (en la región de Tánger) y la de Ain Beni Mathar (en Uchda, en el este del país). Ambas cubren en torno al 10% de la producción marroquí de electricidad y están gestionadas por las firmas españolas Endesa (tiene el 20% de Tahaddart) y Abengoa, respectivamente.

Con ser importante el factor económico, no se puede despreciar el político por lo que reste acuerdo puede colaborar para el definitivo restablecimiento de la normalidad diplomática entre ambas naciones y, tal vez, la vuelta de la embajadora marroquí a Madrid.

La colaboración creciente de Rabat para combatir la inmigración ilegal, en especial la que acecha a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, así como la que afecta a Canarias (más difícil de controlar por la gran extensión de litoral desde la que salen las pateras, algunas de las cuales parten de otros países), no parece ajena a este importante acuerdo de reutilizar el GME.

Su cierre fue una decisión unilateral de Argelia, dentro del enfrentamiento creciente con Marruecos. La posibilidad de que el gasoducto se reabriera, en un tramo que no es de su propiedad, sino de España y Marruecos, había alertado a las autoridades de Argel ante la posibilidad de que el gas que exporta a nuestro país fuera reenviado al vecino del sur.

La llamada que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo el pasado domingo al premier argelino pudo tener, entre otros contenidos, el de tranquilizarle al respecto y darle garantías de que el gas que transite por el GME será únicamente el que Rabat compre en los mercados internacionales. Además, el inquilino de la Moncloa había tenido un gesto con Argel al entrevistarse en Bruselas con el presidente del Frente Polisario, Brahim Ghali, algo que irritó profundamente en Marruecos. Un difícil juego de equilibrios en todo caso.

A principios de febrero, tal y como publicó LA RAZÓN, la ministra de Transición Energética de Marruecos, Leila Benali, anunció el buen fin de las negociaciones en junas declaraciones a la agencia Blomberg, pero es ahora cuando se han concretado.

De hecho, entonces hablaba de hacer las entregas de GNL (gas natural licuado) “en un país vecino y podemos llevarlo a Marruecos. Y podrían enviar la carga directamente a Marruecos, una vez que dispongamos de una terminal flotante para importar GNL, la primero de los cuales estará ubicada en el puerto de Mohammedia”.

Medios marroquíes dejaban claro que “si se pusiera en marcha la opción del suministro desde España, no se trataría de traer a Marruecos, ni gas argelino por una vía tortuosa, como quisieran creer ciertos medios o el gas extraído del mercado español, en competencia con los consumidores locales en este periodo de precios altísimos. “Por el contrario, sería el gas comprado por Marruecos en los mercados internacionales y descargado a través de infraestructuras europeas, españolas, portuguesas u otras, y enviado a Marruecos a través del GME, por operadores que se rigen por reglas de libre acceso para terceros y no discriminación”.