Bolsa
¿Dejará de temblar la bolsa?
Manos a la cabeza. Cortes de digestión. Mareos que provocan vómitos. Pero también alguna que otra alegría. La bolsa se ha convertido en una montaña rusa que por momentos parece despeñarse. La volatilidad predomina en los mercados y parte de los sueños que prometía el selectivo español en el arranque del año se transformaron en pesadillas. Si en el primer trimestre superó los pronósticos, el pinchazo de la burbuja china, las incertidumbres políticas y la previsible subida de tipos en Estados Unidos constituyen zancadillas que podrían situarlo al borde del precipicio.
La barra libre de liquidez, a cuenta de Mario Draghi, propició una borrachera de optimismo para las bolsas europeas, que registraron frenéticas subidas. En sólo tres meses algunos índices escalaron por encima del 20% en rentabilidades. Sin embargo, en la resaca se están sucediendo jornadas con grandes bandazos. El Ibex 35 ha llegado a desinflarse hasta mínimos de 2013, truncando todas las expectativas. ¿Cuándo dejará de temblar? Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, piensa que es imposible saberlo con certeza, y explica que «la corrección ya es muy dura, superior al 25% en algunas bolsas. Pero es muy probable que antes de que termine el año veamos los precios de las acciones muy por encima de los niveles actuales. En el más corto plazo, la situación es imprevisible». Pese a que los mercados nunca estén a salvo de sufrir sobresaltos y más allá de que la ausencia de riesgos resulte imposible, Pingarrón remarca que lo sucedido a partir de agosto se trata de la mayor corrección desde que los mercados se volvieron alcistas en 2009.
Mientras que muchos relacionan las caídas y el incremento de la volatilidad con las incógnitas electorales, Ismael De La Cruz, analista de mercados financieros y miembro del Instituto Español de Analistas Técnicos y Cuantitativos (Ieatec), señala como razón de peso la desaceleración económica de China y la depreciación del yuan, que continuará el próximo año. Y es que si la devaluación de un 3% que sufrió la moneda en agosto originó turbulencias y fuertes abatidas, los efectos de una depreciación del 20%, como vaticina Bank of America, podrían ser devastadores. De la Cruz también destaca como razón complementaria la inminente subida de tipos de la Reserva Federal, que será negativa para las bolsas y positiva para el dólar. Sea como fuere, augura que los temblores desaparecerán cuando la economía china vuelva a reactivarse y deje de depreciarse el yuan, momento en el que finalizará la guerra de divisas –eminentemente asiáticas– y el precio de las materias primas subirá.
Una vez celebrados los comicios catalanes, el foco del mercado español se sitúa sobre las elecciones generales. No obstante, el tema de China eclipsa cualquier otro factor de riesgo. Ante el desgaste del bipartidismo y en contra de lo que arrojaban las encuestas meses atrás, el analista de Ieatec opina que «la irrupción de Ciudadanos ayudaría a calmar los nervios, puesto que Podemos origina inseguridad». Pingarrón, por su parte, también piensa que la perspectiva de que el partido liderado por Albert Rivera sea más bisagra que el de Pablo Iglesias gusta «infinitamente más. Ciudadanos es una garantía para el mercado del máximo nivel posible».
Incógnitas políticas
El selectivo español se está comportando peor que el resto de plazas europeas en lo que va de año. Sólo en septiembre se dejó un 6,8% y cerró el tercer trimestre con una caída del 11,2%. Aun así, el volumen de contratación el mes pasado fue de 62.859 millones de euros, un 1,3% más que hace un año, siendo el mejor septiembre desde 2009. A mediados de abril, cuando el conjunto de las bolsas europeas registraba rendimientos superiores al 20%, la española había subido un 16%. Pingarrón lo achaca a que los activos españoles llevan incorporando desde hace semanas una prima de riesgo político, que tiene su origen en el mercado de deuda y se ha contagiado a la renta variable. De igual modo, el estratega de IG resalta la exposición de empresas españolas a economías latinoamericanas emergentes que han pasado a sumergidas. «Los valores que más pesan en el selectivo español se están viendo fuertemente perjudicados por su exposición a países emergentes».
Pingarrón cree que el Ibex 35 tiene más recorrido al alza que a la baja y que podría cerrar el año por encima de los 11.000 puntos, con revalorizaciones próximas al 10%. Considera que es buen momento para entrar, aunque advierte de que la volatilidad actual podría arrastrar las cotizaciones. «Es el escenario ideal para el ‘‘trading’’ u operativa intradía, dados los fuertes movimientos que se están produciendo».
De la Cruz alerta de que el selectivo español no ha tocado suelo, ya que China seguirá trayendo cola. Además, la subida de tipos de la Fed mermará el atractivo de la renta variable, hará que los inversores se decanten por los bonos y se producirá un flujo de capital desde la bolsa hacia la renta fija. De forma paralela, recomienda tener en cuenta que el soporte fuerte más cercano para el Ibex 35 se encuentra en la zona de los 7.520-7.550 puntos. «No significa que el precio tenga que caer hasta ahí, simplemente que si finalmente llegase podría ser un nivel para empezar a entrar de nuevo en la bolsa española, poco a poco». En cualquier caso, el analista de Ieatec afirma que en la recta final del año las bolsas suelen subir, debido a que muchas personas realizan aportaciones extras a sus planes de pensiones. Así, los gestores de fondos ven cómo se incrementan sus niveles de liquidez, por lo que destinan una gran parte a la compra de acciones.
Desbandada de Cataluña
La resaca electoral en Cataluña no dejó demasiadas secuelas, más allá de algún dolor de cabeza. El selectivo español cayó el lunes un 1,32%, hasta los 9.394,2 puntos, pero fue el índice europeo que menos bajó. Antes de los comicios del 27S, las tensiones se dejaban sentir tanto en la deuda española como en la catalana. En el caso del riesgo país, la prima de riesgo llegó a escalar hasta los 140 puntos y el bono a 10 años se situaba en el 2%. Tras la celebración de las elecciones se apreció una clara rebaja de la tensión. La prima de riesgo redujo el diferencial con la italiana y el bono a 10 años bajó hasta el 1,89%. Sin embargo, en el caso de la deuda catalana el primer impacto fue el contrario, aunque sin grandes estridencias, repuntando la rentabilidad a 10 años desde el 4% hasta el 4,23%. Victoria Torre, analista de Self Bank, asegura que los cambios en el mercado no han sido especialmente dramáticos, en parte porque el resultado no fue tan negativo como algunos preveían.
Si bien en Cataluña triunfaron los partidos independentistas, que obtienen mayoría de escaños pero no de votos, el dictamen de las urnas «aleja los peores temores que existían en las semanas previas». Pero Torre no piensa que las dudas vayan a desaparecer de la noche a la mañana. Desde Junts pel Sí han dicho que tienen legitimidad para avanzar en la independencia. «Son afirmaciones que continúan pesando en el ánimo de los inversores, que seguirán pidiendo más prima por invertir en Cataluña para compensar el incremento de riesgo, u optarán por descartar por el momento este tipo de activos». La analista de Self Bank destaca que «las incertidumbres en torno al futuro de Cataluña se han traducido en una desbandada de inversores, que prefieren refugiar su dinero en puertos más seguros». Y recuerda que las dudas no suelen ser plato de gusto para los mercados, por lo que muchas firmas internacionales habían recomendado permanecer fuera, o mantener bajo observación, la deuda española hasta conocer los resultados de las elecciones. «Un triunfo más amplio del independentismo habría generado que esa cautela que hoy por hoy se mantiene sólo respecto a la deuda catalana se extendiera también a la española. Toca esperar. Los inversores han advertido, pero no sentenciado».
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