Banco de España
El Banco de España reconoce que no supo prever la recesión
Linde admite que la institución no acertó a pinchar la burbuja del ladrillo. Insiste en que no participó en la resolución del Popular.
Linde admite que la institución no acertó a pinchar la burbuja del ladrillo. Insiste en que no participó en la resolución del Popular.
El gobernador del Banco de España compareció ayer en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de la crisis del sistema financiero español entre 2008 y 2014. Luis Linde explicó los orígenes de la recesión que acabó con el rescate con fondos públicos de las cajas de ahorros y admitió que el Banco de España no supo ni anticipar la virulencia de la crisis ni frenar el crecimiento de la burbuja crediticia que estalló en 2008, provocando la crisis «más grave sufrida por la economía y el sistema financiero español en las últimas décadas».
El gobernador detalló que entre 2000 y 2007, el Banco de España «identificó» los principales problemas que «se estaban acumulando», si bien los consideraba riesgos a la baja. «El Banco no anticipó una fase recesiva tan intensa como la acaecida a partir de finales de 2008, que revelaría la magnitud y la gravedad de los desequilibrios acumulados en nuestra economía», reconoció. En este sentido, admitió que el Banco podría haber impulsado la aplicación de límites a la expansión del crédito conteniendo o limitando «la concentración de riesgos en el sector de promoción y construcción, el nivel de apalancamiento y la proporción del importe de los préstamos hipotecarios en relación al valor de las garantías».
Demasiado optimismo
Sin embargo, justificó su inacción asegurando que «estos instrumentos no se encontraban entonces entre los utilizados habitualmente por la supervisión, dado que se seguía un enfoque microprudencial, centrado en asegurar la solvencia de las entidades». Según Linde, entre 2000 y 2007, justo antes del estallido de la crisis, el PIB nominal creció en España un 67%. Frente a esta cifra, el crédito para la compra de vivienda subió un 250% y un 513% en el caso del crédito a empresas de construcción y servicios inmobiliarios. «Yo no estuve allí, pero no creo que se hiciera todo mal, aunque sí se fue demasiado optimista», afirmó.
Cuestionado sobre la crisis que acabó con Banco Popular y su absorción por el Santander, el gobernador señaló que esta situación «se plantea en un contexto distinto al del análisis de la crisis entre 2008 y 2014». El motivo es que aunque en 2012 se reveló que Popular precisaba 3.200 millones de euros de capital, se concluyó que podía cubrir esas necesidades por sus propios medios, sin recurso a fondos públicos. «No sé si hubiese sido mejor obligar a Popular a recibir ayuda pública. A todos, al Gobierno y a la UE, nos pareció bien cuando el banco dijo que podía hacerlo por sus propios medios», dijo Linde.
El responsable del banco central también fue preguntado por el papel de la institución en la resolución del Popular. «El Banco de España no es el supervisor del Popular ni de ningún otro banco, igual que sucede en Francia o Alemania. Las funciones son del mecanismo único de supervisión del Banco Central Europeo y las decisiones se toman en Fráncfort desde 2014. No somos la autoridad supervisora, es un hecho difícil de asimilar pero es así», dijo. En este sentido, explicó que tampoco tiene nada que ver con la junta de resolución. «El Banco de España no tuvo ninguna participación en la resolución del Popular, cero. Porque es la ley vigente. No tenemos ni siquiera voz en esas reuniones, sólo un miembro observador, sin voz ni voto». Sobre los problemas de liquidez del Popular, indicó que cumplía la ratio de solvencia hasta dos días antes de su caída. «A un banco no se le puede dar liquidez de emergencia a la fuerza. Se le concedió cuando la pidió. Este sistema no es nada nuevo, pues está en vigor desde hace 18 años», afirmó. Además, anticipó que «dentro de poco creo llegaremos a un acuerdo con el BCE para explicar todo con detalle» sobre la resolución del Popular.
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