Crecimiento económico

España crece más del doble que una zona euro en punto muerto

Eurostat cerfitica el frenazo de Alemania, Francia e Italia y presiona al BCE para que aumente los estímulos en su reunión de mañan

España crece más del doble que una zona euro en punto muerto
España crece más del doble que una zona euro en punto muertolarazon

Eurostat cerfitica el frenazo de Alemania, Francia e Italia y presiona al BCE para que aumente los estímulos en su reunión de mañana

Eurostat, la oficina estadística comunitaria, volvió a constatar ayer el renqueante crecimiento económico de la zona euro en medio de diferentes signos que presagian una ralentización del crecimiento global y el aumento de la peligrosa brecha de la desigualdad. Dentro de estos malos augurios, España registró en el segundo trimestre del año el crecimiento más vigoroso dentro de la eurozona con un 0,8%, sólo por detrás de Eslovaquia, con un 0,9%, y seguido por Chipre, con un 0,7%. La economía de los 19 países que comparten la divisa común frenó su crecimiento en el segundo trimestre del año hasta el 0,3%, frente al 0,5% registrado el trimestre anterior, después de que Eurostat haya rebajado una décima el alza del PIB de los primeros tres meses del año. Este empeoramiento se debe a una revisión a la baja en las cifras del primer trimestre de Finlandia (tres décimas menos), Grecia (una décima) y Letonia (una décima). Respecto al segundo trimestre de 2015, la economía de la zona euro creció un 1,6% y la de la UE un 1,8%, después de haber registrado un 1,7% y un 1,9% en el trimestre anterior. España lo hizo 3,2%.

Estancamiento

Dentro de las grandes economías de la zona euro, los mayores focos de preocupación son Francia e Italia. Los dos países presentan signos desalentadores de estancamiento con un crecimiento cero en el segundo trimestre del año. En el caso de Francia, este frenazo en seco se atribuye a la mala temporada en el sector del turismo tras los atentados terroristas y a las continuas huelgas debido a la fuerte contestación social ante las medidas estructurales impulsadas por el Ejecutivo de Hollande, como la reforma laboral. En cuanto a Italia, la salud de los bancos italianos inquieta desde hace meses a los mercados financieros, a lo que se une la posible inestabilidad política (el enésimo en la eurozona), ya que este otoño se celebrará un referéndum sobre el sistema político del país que de facto se ha convertido en un plebiscito sobre la gestión de su primer ministro, Mateo Renzi.

Por su parte, la locomotora alemana creció un 0,4% en el mismo periodo aunque los datos del PMI manufacturero y de servicios conocidos esta semana manifiesta que no es oro todo lo que reluce en el país de Merkel. Este índice registró en el pasado mes de agosto su mínimo de los últimos 15 meses con 53,3 puntos, aunque siguió superando a Francia e Italia. La debilidad alemana afectó al conjunto de los países que comparten la moneda única, que se situaron en su mínimo de 19 meses.

En medio de este panorama gris, las palabras y posibles acciones del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, después de la reunión del Consejo de Gobierno de la entidad que se celebrará mañana, serán seguidas con gran atención por los inversores. Son cada vez más las voces que piden al Eurobanco el anuncio de más estímulos, si no es de forma inmediata, en el medio plazo, aunque su margen de maniobra resulta cada vez más limitado.

En la última reunión del G-20, cuya clausura se produjo el lunes en China, tanto el país anfitrión como el FMI pidieron más medidas para evitar una recaída del PIB y el organismo comandando por Christine Lagarde alertó sobre una rebaja en sus próximas previsiones de crecimiento. El Banco Central Europeo decidió antes del receso del mes de agosto no anunciar ninguna acción adicional a pesar de los temores suscitados por el Bréxit, que, por otra parte, no se convirtió en el Lehman Brothers augurado por algunos analistas. La difícil situación en la que se encuentra inmersa la economía europea también augura que, independientemente de posibles anuncios por parte de Mario Draghi, el banquero italiano recalque una vez más la necesidad de medidas en todos los frentes y no sólo mediante los estímulos monetarios. Un recado tanto para Alemania y sus reticencias a aumentar la inversión como para los países que necesitan seguir haciendo reformas estructurales en sus economías.