La recuperación económica

España recuperará los 20 millones de ocupados meses antes de lo previsto

El Gobierno cree que, si nada se tuerce, no habrá que esperar hasta finales de 2019 para alcanzar la cifra, a la vista de la subida del PIB y la bonanza de otros indicadores avanzados

España recuperará los 20 millones de ocupados meses antes de lo previsto
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El Gobierno cree que, si nada se tuerce, no habrá que esperar hasta finales de 2019 para alcanzar la cifra, a la vista de la subida del PIB y la bonanza de otros indicadores avanzados

«Si las cosas se hacen bien, si se mantienen las reformas, España tendrá 20 millones de empleos en 2019 y una tasa de paro cercana al 13%». La frase es de la vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría. La pronunció hace poco más de cuatro meses, el 29 de abril, tras el Consejo de Ministros en el que se aprobó el Programa de Estabilidad 2016-2019 y el Plan Nacional de Reformas. Pero pese al poco tiempo transcurrido desde entonces, está cerca de quedarse obsoleta. Fuentes del Ejecutivo aseguran que, dada la buena marcha que lleva la economía española, el objetivo de los 20 millones de empleos podría alcanzarse antes de finales de 2019. «Pensamos que todo irá más rápido de lo que esperábamos. Si nada se tuerce, alcanzaremos esa cifra antes de lo previsto», explican estas fuentes.

Entre las cosas que andan ahora mismo torcidas está la falta de gobierno. En el seno del que hay ahora en funciones se piensa que la mayoría de las grandes reformas estructurales que eran necesarias para sacar a España del atolladero de la crisis y garantizar su futuro crecimiento, como la reestructuración del sector financiero o la reforma del mercado laboral, ya están hechas. Sin embargo, creen que restan por hacer algunas cosas que, sin un Ejecutivo estable, no es posible rematar. El riesgo, como expuso la semana pasada el ministro de Economía, Luis de Guindos, es que la buena inercia se frene porque no va a ser eterna. «Esta inercia no dura para siempre y hay que alimentarla», afirmó, tras conocer el crecimiento del segundo trimestre, 0,8%, una décima más de lo avanzado meses atrás por el INE.

El temor expresado por De Guindos tiene que ver con que la economía española se está beneficiando mucho de unos vientos de cola que, en determinados casos, muestran ciertos síntomas de agotamiento en los últimos meses. La ganancia de competitividad de los últimos años, unida a la depreciación del euro frente al dólar –la moneda única ha pasado de valer 1,33 dólares hace dos años a 1,11 ahora–, le ha permitido mejorar su ritmo exportador hasta tal punto que en el tercer trimestre, el sector exterior aportó 0,2 puntos al crecimiento, frente a los -0,4 puntos del anterior. El flanco débil de este avance es que más del 60% de las exportaciones españolas se destinan a Europa. Y muchos de los principales receptores de mercancías hechas en España no andan boyantes. En el segundo trimestre, Francia e Italia registraron un crecimiento nulo, mientras que Alemania avanzó un 0,4%, la mitad que España.

El BCE también ha contribuido a mejorar la situación de las empresas españolas con sus masivas inyecciones de liquidez al sector financiero a costes muy bajos, la compra de deuda soberana y ahora la adquisición de bonos de compañías privadas. En el caso del Estado, la medida ha aliviado su carga financiera, pero el sector financiero, sin embargo, no ha respondido del todo como se esperaba.

Uno de los objetivos de los manguerazos de Mario Draghi era estimular la concesión de crédito para activar la economía, algo que no está sucediendo del todo a la vista del magro crecimiento registrado por la eurozona, un 0,3% en el segundo trimestre del año, la mitad que en el primero.

España también se ha visto beneficiada por un petróleo barato que, sin embargo, empieza a apuntar alto. El Brent, el crudo de referencia en Europa, ronda ya los 50 dólares el barril y es muy probable que su precio siga subiendo en los próximos meses. Los países de la OPEP, con Arabia Saudí a la cabeza, parecen tener planes para recortar la producción y cerrar así la brecha que actualmente existe entre oferta y demanda, lo que impulsaría el precio del crudo. Los 48 dólares en los que se ha movido esta semana ya están nueve euros por encima del precio empleado por el Gobierno para confeccionar el Plan de Estabilidad.

Para el Ejecutivo, recuperar los 20 millones de empleos es fundamental porque es la cota que consideran marca la recuperación del mercado laboral. El nivel se perdió en 2008 y se ha ido recuperando paulatinamente. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), la correspondiente al segundo trimestre del año, en este momento hay 18,3 millones de puestos de trabajo, 434.000 más de los que había a mediados de 2015.

El Plan de Estabilidad prevé que el año se cierre con 18,5 millones de empleos y que a finales de 2019 se llegue a los 19,94 millones. En ese momento, la tasa de paro se prevé que se haya reducido hasta el 13%. Actualmente está en el 20%. El mercado laboral español tocó techo en el tercer trimestre de 2007, cuando el número de ocupados alcanzó los 20,75 millones de ocupados.