Rescate a Grecia

Grecia, dispuesta a ceder en privatizaciones y sector público para no quebrar

Atenas negocia contra reloj un acuerdo a 13 días de que la UE corte la financiación y provoque su bancarrota

Un ciudadano griego saca dinero ayer en un cajero de Atenas
Un ciudadano griego saca dinero ayer en un cajero de Atenaslarazon

Los ministros de Economía de la eurozona se vuelven a ver mañana lunes para buscar una solución a la necesidad de financiación de Grecia. Los titulares de la cartera económica deberían tener sobre la mesa algún avance, después de que el pasado viernes comenzaran los trabajos técnicos entre el Gobierno heleno y las «instituciones europeas», como a partir de ahora se quiere denominar al trío formado por el BCE, el FMI y la Comisión Europea, más conocido como «troika».

Este fin de semana, dos grupos de representantes de la «troika» evalúan el programa fiscal del Ejecutivo heleno, una de las concesiones del primer ministro, Alexis Tsipras. De esa valoración deberá salir un borrador de acuerdo que sostenga el «antiguo» memorándum, como definen los medios locales, y a la vez incluir las propuestas del Gobierno griego. El mayor reto de ese documento será conservar un presupuesto equilibrado, por lo que la discusión girará en torno a la posibilidad de que Grecia continúe con las privatizaciones y devolver el puesto a los funcionarios despedidos la pasada legislatura. No obstante, y aunque Tsipras ha aceptado el 70% del programa europeo, se ha plantado ante las exigencias de recortar las pensiones y hacer una reforma laboral.

Además de cifrar el coste del programa del Gobierno griego, uno de los principales desafíos será calcular la situación exacta del país, que hasta ahora permanece poco clara debido a que en los últimos dos meses no ha existido un seguimiento presupuestario. Según fuentes gubernamentales consultadas por este diario, el nuevo Ejecutivo encontró menos dinero del que esperaba en las cuentas del Estado.

El portavoz del Gobierno griego, Gabriel Sakellaridis, aseguró que los trabajos tienen por objeto llegar a un acuerdo con los socios europeos el lunes y subrayó que la delegación griega «negocia fuerte para honrar el mandato de la gente», pese a la presión recibida en Europa. Yanis Varufakis, ministro griego de Finanzas, insistía también ayer en que la firmeza helena en sus postulados es su única opción. En una entrevista al diario alemán «Der Spiegel», aseguró que la deuda del país es insostenible sin un nuevo acuerdo, resucitando de nuevo la idea de realizar una quita.

Esa actitud correosa del Gobierno griego obstaculiza el acercamiento de posiciones, tal y como ha afirmado estos días el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, tras conversar con Tsipras. El dirigente holandés expresó su «pesimismo» sobre las posibilidades de éxito de las negociaciones, en contraste con el optimismo de Sakellaridis. «Grecia tiene muchas demandas y poco dinero. Ése es el problema real», declaró Dijsselbloem sobre las elevadas expectativas del Ejecutivo heleno. En Bruselas no se descarta convocar otra reunión de ministros si fuera necesario hasta el último día de febrero, cuando vence el actual plan de rescate.

El programa de rescate actual caduca el día 28 de febrero y según los cálculos del Instituto de estudios Bruegel, Atenas tiene vencimientos en marzo de unos 4.500 millones de euros, de los que alrededor de 2.300 millones de euros irían para pagar al FMI y otros acreedores. Por lo tanto, la necesidad de financiación para Grecia es más que urgente.

Próximas necesidades

Hasta el verano, necesita 10.000 millones, para lo que ha propuesto a Europa obtener un «crédito puente» que le permita hacer frente a los pagos y ganar tiempo para pensar en una reestructuración de la deuda a largo plazo. Desde Bruselas no se quiere oír hablar de otra cosa que no sea el programa actual, del que podrían acceder a conceder a Atenas una prórroga de seis meses más. Y mucho menos de la propuesta griega, el «plan Varufakis», de condicionar la devolución de parte de la deuda al crecimiento del país.

Europa ha prestado a Grecia desde la crisis unos 240.000 millones de euros, dinero aportado por los socios europeos, el BCE y el FMI. En total, la deuda de Grecia supera los 300.000 millones de euros, equivalente al 170% de su PIB este año, según datos de la Comisión Europea.