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Inaugurado el primer túnel ferroviario que une Europa y Asia bajo el mar

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan (3d, en el interior del tren); el presidente de Turquía, Abdullah Gül (c, en el interior del tren); el primer ministro de Japón, Shinzo Abe (d, en el interior del tren); y el presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud (2d, en el interior del tren).
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan (3d, en el interior del tren); el presidente de Turquía, Abdullah Gül (c, en el interior del tren); el primer ministro de Japón, Shinzo Abe (d, en el interior del tren); y el presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud (2d, en el interior del tren).larazon

Turquía inauguró hoy en Estambul el túnel ferroviario que une Asia y Europa por debajo del estrecho del Bósforo, una obra con una importante participación empresarial española y con la que el país eurasiático conmemora sus 90 años como república.

El túnel, de 13,6 kilómetros de longitud, de los que 1.400 metros discurren por debajo del mar, supone la primera conexión ferroviaria entre Europa y Asia, al sur de Rusia, y enlaza directamente con el Lejano Oriente a través de Irán.

En la ceremonia de inauguración de este tramo participó la ministra española de Fomento, Ana Pastor, junto con el presidente de Turquía, Abdullah Gül; el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan; los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe; y Rumanía, Victor Ponta.

"A partir de hoy acortamos el tiempo de viaje entre dos continentes a cuatro minutos", dijo Erdogan en su discurso oficial de inauguración poco antes de partir el primer tren.

"El túnel Marmaray es un proyecto que quedará escrito con letras de oro en la historia", aseguró el primer ministro, de orientación islamista moderada.

Asimismo, destacó que se ha elegido coincidir la inauguración con las celebraciones del 90 aniversario de la fundación de la República de Turquía en 1923 y que esta obra sigue los pasos de quienes comenzaron a conectar el país con infraestructuras modernas.

El túnel no sólo servirá para trenes de cercanías, que transportarán cada día hasta 1,5 millones de personas en Estambul, sino también tendrá una vía para los trenes de larga distancia que pasen de Europa con dirección a Asia.

En un primer momento sólo se usará la conexión ferroviaria, pero se espera que a partir de 2015 se abran también los carriles al tráfico de coches.

La constructora española OHL lidera el consorcio que logró el contrato para desarrollar la conexión de las líneas férreas que unirán los lados europeo y asiático de la metrópolis en el Bósforo.

El proyecto, controlado en un 70 por ciento por empresas españoles, se valora en 932,8 millones de euros, mientras que la construcción de todo el proyecto Marmaray, de 76 kilómetros de longitud, ha costado unos 3.400 millones de euros.

Aparte de OHL, participan en la obra la también española Dimetronic (ahora parte del grupo alemán Siemens) y el consorcio turco-japonés TGN.

Los primeros planes de una vía de comunicación bajo el Bósforo se remontan a 1891, cuando el sultán otomano Abdülhamid encargó a ingenieros franceses un proyecto de túnel bajo el mar.