La crisis del euro
La caída del euro trae mejoras en competitividad y exportación
El BCE busca devaluar la moneda única hasta 1,25 dólares, lo que generaría un aumento adicional de hasta el 5% en los beneficios de las grandes multinacionales.
El paquete de medidas anunciado por el presidente del BCE, Mario Draghi, el jueves (rebaja de tipos al 0,05%, tasa de depósito en el -0,2% y plan de compra de deuda privada, en resumen) llevó la cotización del euro frente al dólar de inmediato por debajo del nivel de 1,30 «billetes verdes» y la divisa se depreció frente a las grandes referencias monetarias de todo el mundo. En lo que va de año, la moneda única acumula un retroceso del 6,1% frente a su homólogo estadounidenses, y del 7,2% desde el máximo anual de abril (casi 1,40 dólares).
El movimiento del BCE, un claro estímulo para la deprimida economía de la zona euro y para la flexibilidad presupuestaria de los estados, traerá mejoras en competitividad vía precios por la caída del euro, lo que favorecerá las exportaciones de los países de la moneda única e impulsará sus balanzas comerciales. Además de abaratar las ventas, también provocará un ligero freno a las importaciones por la razón inversa.
El sector automovilístico (en concreto, el alemán) será uno de los grandes beneficiados de la medida. Marcas como Volkswagen o BMW luchan por competir en el mercado estadounidense, dominado por Toyota y Ford, y el ajuste de los precios de sus modelos más populares favorecerá su penetración en el gigante norteamericano. El modelo básico del Golf, a igualdad de precios, valdría hoy 1.000 dólares menos que en abril, por ejemplo. Y si se cumple el objetivo del BCE, que situaría en cerca de 1,25 «billetes verdes» la divisa comunitaria, el ahorro para un norteamericano que importe este modelo podría ser de hasta 1.500 dólares.
En cuanto a las compañías más beneficiadas, serán aquellas más diversificadas. Así, las grandes multinacionales del Ibex podrían registrar incrementos adicionales hasta del 5% en sus beneficios con un euro situado en 1,25 dólares, según cálculos de los expertos.
¿Guerra de divisas?
El paquete de medidas del BCE para devaluar el euro amenaza con generar una «guerra» de divisas entre los bancos centrales, pero de momento los homólogos del BCE no han efectuado movimientos agresivos. En los próximos meses, la Reserva Federal y posiblemente el Banco de Inglaterra subirán probablemente los tipos ante la mejoría del empleo en sus respectivas economías.
Los expertos consideran que las medidas de estímulo del BCE eran necesarias, pero que llegan tarde. Stephanie Lindeck, analista de Julius Baer, opina que el «cañonazo» de la institución «está justificado y tenía que haberse aplicado antes de este año». «El efecto real de lo anunciado por Mario Draghi es complejo de calcular y sólo podrá medirse después de un significante periodo de tiempo», apunta Lindeck.
Tras el anuncio del programa de compra de activos (ABS) y las rebajas de tipos, Bank of America Merril Lynch considera que el BCE «se está quedando sin munición». Asimismo, abre la puerta a que el organismo discuta la compra de bonos a principios de 2015. El paquete completo de medidas anunciado el jueves «debería estimular la financiación del sector, elevar la confianza y potencialmente ayudar al sector exterior», indica la entidad, que destaca la importancia del saneamiento de la balanza comercial de la zona euro.
Los expertos de Ebury, por su parte, son más pesimistas respecto a la evolución de la economía, no prevén «un cambio importante en los indicadores económicos más relevantes» y esperan «un programa formal de flexibilización cuantitativa que se anunciará antes de final de año».
Por último, Tom Rogers, de la consultora Ernst & Young, opina que «los gobiernos tienen la responsabilidad de mejoras sus perspectivas de crecimiento a la vez que miran al BCE» y que uno de los grandes objetivos de las medidas de Mario Draghi es el de «aumentar el crédito».
Un «QE» a la europea es lo que empiezan a descontar los mercados de deuda, ya que los intereses de los bonos europeos están en zona de mínimos históricos. Es bastante probable que el cupón de la deuda española a diez años perfore el 2% durante este ejercicio, lo que permitiría un ahorro de unos 6.000 millones en el denominado como servicio del pasivo público.
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