Viajes
Los cinco lugares que no te puedes perder en Mallorca
Las Islas Baleares tienen un encanto especial dentro de todos los destinos que se pueden visitar en España. Pero es que en estas islas destaca su capital, Mallorca, que es una de las claves del turismo a escala nacional. Por ello las principales compañías hoteleras se establecen allí, como Iberostar hoteles en Mallorca.
Ahora bien, ¿cuáles son los lugares que hay que visitar sí o sí en Mallorca? Hoy vamos a hablar de los 5 rincones imperdibles de esta provincia, donde además del mar, la buena temperatura y la gastronomía, destaca la belleza del paisaje.
La primera parada en nuestro repaso a los cinco lugares que no te puedes perder en Mallorca es la Catedral de Palma de Mallorca. Este conjunto arquitectónico, conocido como “La Seu” para los lugareños, es el principal edificio religioso de la ciudad.
Creado y levantado en el siglo por Joan Rubió, se caracteriza sobre todo porque está en una situación inmejorable. Los turistas, y cualquier persona de la isla que levante la cabeza, puede llegar a verla gracias a que se impone por encima de los muros de las épocas romana y renacentista.
Su estilo es el gótico levantino y en la actualidad es la sede de la diócesis de Mallorca. Aunque la vista es impresionante por fuera, también se recomienda la visita al interior de la catedral.
Cerca de ella se encuentra el centro de Palma, donde además están los principales hoteles del lugar con opciones Iberostar. Tampoco te puedes perder los mejores restaurantes de la ciudad, que sin duda son otro de los motivos por los cuales debes visitar Mallorca.
Construido por Jaume II en el siglo XIV, el Castell de Bellver cuenta en sus almenas con la posibilidad de observar Mallorca a vista de pájaro. Está situado en medio de un bosque de pinos en la Bahía de Palma y es una de los mejores rincones de la isla.
El patio central está rodeado por cuatro torres con forma cilíndrica, lo que lo convirtió en un pequeño castillo de defensa - y observatorio de posibles enemigos desde el mar - en el momento de su creación.
El Castell de Bellver está considerado uno de los más bonitos de España, y animación no le falta pues en los alrededores se celebran numerosas fiestas populares a lo largo del año.
Si las Islas Baleares, y en concreto Mallorca, destacan por algo es por sus playas y buena temperatura. A cualquier visitante que se acerca a esta ciudad se le antoja un buen baño, pero, ¿qué playas son las más recomendables?
Con más de 300 playas, el visitante de Mallorca tiene mucho donde elegir. Lo que más destacan son las calas, pequeños residuos de playa que destacan por arena fina y blanca y un agua totalmente cristalina.
Si te animas a ir a una playa, te recomendamos las de Can Pastilla, junto a la Playa del Arenal, Playa Formentor y Cala Major. Aunque suelen estar atestadas de gente, siempre viene bien perderse por la costa y encontrar alguna que otra cala que no sea tan visitada como el resto.
Este pequeño pero mágico pueblo al noreste de la isla de Mallorca fue fundado por los romanos, y aún hoy perdura bastante de su esencia. La subida en coche o en autobús hasta la localidad de Pollença puede hacerse complicada debido a la inclinación de la carretera y el tráfico en una vía muy pequeña, pero merece la pena.
Es una de las localidades de España donde viven más extranjeros por metro cuadrado, y es que la isla de Mallorca - y Baleares en general -, siempre se ha caracterizado por ser multicultural. Poor ello también cuentan con una riqueza de cultura y tradiciones muy alta.
En tu visita a Pollença debes visitar sobre todo la ermita de El Calvario y la Capilla Gótica del Roser Vell. Estos rincones del pueblo mallorquín te harán sentir como en un cuento, pues son muy especiales y además muy cerca de ellos se puede disfrutar de los mejores platos de la gastronomía de las islas Baleares.
La magia de Mallorca se encuentra escondida en sus cuevas. Gracias a la situación de Mallorca y las ciudades colindantes de ser islas, la humedad logra que en las paredes subterráneas se creen cuevas impresionantes.
En Mallorca se pueden visitar muchas de ellas, como las cuevas “del Drach” y las “de Artá”. Las formaciones en las paredes rocosas dejan boquiabierto a más de uno, y las representaciones con luces animan el interior.
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