Rescate a Grecia
¿Quién ha cedido, Europa o Grecia?
- ¿Por qué esta vez las negociaciones entre Grecia y sus acreedores han avanzado?
–Porque esta vez Grecia sí parece que se ha tomado en serio lo de hacer una propuesta realista. Tsipras ha seguido desde el principio la estrategia de alargar las negociaciones hasta llevarlas al nivel de líderes de la eurozona porque políticamente le interesaba. No es lo mismo anunciar a la opinión pública griega un acuerdo, o principio de acuerdo, arrancado a sus colegas de la UE que uno de carácter técnico alcanzado por los ministros de Economía, aunque, a posteriori, los detalles, los de cualquier pacto, los tengan que pulir esos técnicos.
- ¿Ha cedido Grecia finalmente a las presiones de la Unión Europea?
–En parte, sí. El Ejecutivo griego ha accedido a cambiar en parte el IVA –mantiene en su propuesta tres tipos, pero gravando con tipos más altos algunos productos que en principio iban a soportar un IVA superreducido– y las pensiones. En este caso, sí se ha tocado una parte importante de las mismas, las prejubilaciones. El problema de Grecia no es que el monto de sus pensiones sea muy elevado sino que el sistema, hasta ahora, permite prejubilaciones a los 52 años en muchas profesiones que no debería. Estos dos movimientos permitirán a la UE «vender» que Grecia se ha plegado a sus presiones, mientras que Tsipras salva la cara al no acceder a todas las peticiones que le han hecho.
- ¿Y qué pasará con la deuda de Grecia y la reestructuración que han solicitado?
– Grecia ha defendido por activa y por pasiva que, sin una reestructuración de su deuda pública, no podrá salir adelante. Sin embargo, es poco probable que sus socios den el visto bueno a un nuevo acuerdo de este tipo que necesitaría de la aprobación de parlamentos tan hostiles como el de Finlandia o el de Alemania. En este escenario, lo más factible es que se retrase el pago de la deuda que vence en estos próximos meses a después del verano y que se negocie después un acuerdo en el que la deuda perpetua podría ser una buena posibilidad. Mediante este mecanismo, parte de la deuda helena se convertiría en un pasivo permanente para Grecia. A cambio, el país heleno no tendría que devolver el principal sino que sólo pagaría intereses muy bajos que le darían oxígeno para seguir creciendo. Más adelante, cuando la economía se recuperase, se podría volver a negociar como reconvertir esa deuda perpetua para liquidarla.
- ¿Con el acuerdo se acaban los problemas de Grecia?
–No. Sus problemas son más profundos. Necesita reformas de calado porque, a largo plazo, sus finanzas son insostenibles.
- ¿Qué papel ha jugado EE UU en la crisis griega?
–Ayer mismo, el secretario del Tesoro de EE UU, Jack Lew, urgió a Tsipras a presentar propuestas «creíbles» que sirvan de base para llegar a un acuerdo con los acreedores «lo antes posible». No son de extrañar estas declaraciones, pues a EE UU le interesa que se cierre un acuerdo que acabe con una incertidumbre que está afectando también a su crecimiento.
*Coordinador del Departamento de Investigación del Instituto de Estudios Bursátiles
✕
Accede a tu cuenta para comentar