Bruselas

Reforma fiscal: más presión en Sociedades y menos para las familias

Las familias tendrán una menor presión fiscal
Las familias tendrán una menor presión fiscallarazon

Decía en el siglo XVIII Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de Estados Unidos y prolífico inventor, que «en la vida no hay nada seguro, salvo la muerte y los impuestos». Sin embargo, la crisis ha dejado las arcas públicas bajo mínimos y los ingresos fiscales para las Administraciones Públicas han dejado de ser una certeza absoluta, sólo salvados, en parte, por las subidas en casi todos los tributos –IVA e IRPF, principalmente–, la aparición de nuevos gravámenes –nuevo impuesto a los premios de lotería– y la eliminación de deducciones.

Todo ello a pesar de que en la hoja de ruta del Partido Popular –antes y después de llegar a La Moncloa– no se contemplaba –o al menos no se deseaba– subir los impuestos. Pero la realidad de los números mandaba, y el acuciante problema de ingresos de España obligó, primero a Zapatero y posteriormente a Rajoy, a elevar los impuestos bajo un único requisito: mejorar la recaudación como fuese y reducir el déficit público. Sirvan como ejemplo los ingresos impositivos presupuestados para 2013, que ascendían a 107.000 millones de euros. Para este año, el Gobierno estima una recaudación superior a los 178.000 millones, es decir, un 67% más.

Para arreglar el problema tributario que arrastra nuestro país, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas prepara desde hace meses una reforma fiscal en profundidad que ayude a las familias e impulse la incipiente recuperación económica. Para ello se apoyará en el informe de un «comité de sabios», presidido por el catedrático de Hacienda Pública Manuel Lagares, padre de la reforma tributaria de Aznar en 1999. Aunque los expertos tienen hasta el próximo 28 de febrero para presentar al Ejecutivo sus conclusiones y recomendaciones, la publicación podría adelantarse a los próximos días, ante las presiones desde el departamento que dirige Cristóbal Montoro para agilizar los plazos.

Sin embargo, el dictamen del comité será meramente orientativo, pues el horizonte de las próximas elecciones europeas –en mayo de este año–, en cierta medida ata al Gobierno de pies y manos para poner en práctica las medidas más impopulares y que pueden costarle votos. Por eso, resulta probable que aunque los expertos presenten un informe con propuestas radicales –la subida del IVA o la eliminación con carácter retroactivo de la desgravación por compra de vivienda habitual–, Montoro opte por una vía intermedia, donde los dos principales caballos de batalla serán el IRPF y los impuestos al consumo.

Respecto al impuesto sobre la renta, el Gobierno se ha comprometido a revertir en 2015 «toda» la subida del tributo –así lo aseguró hace unas semanas el ministro de Economía, Luis de Guindos–. Aunque en un principio el alza era para 2012 y 2013, Hacienda la prorrogó también para este año. El problema reside en que para 2015 España ha de llevar a cabo un fuerte ajuste del déficit –según lo pactado con Bruselas, desde el 5,8% al 4,2%–, estimado en alrededor de 16.000 millones de euros. Por este motivo, resulta difícil pensar que Montoro vaya a renunciar de forma íntegra a una medida que proporciona unos ingresos de 5.000 millones anuales a las administraciones. Así, la solución pasaría por una reducción del IRPF, pero sólo para los tramos bajos y medios, y manteniendo la subida –o al menos parte de ella– para los tramos más altos, posiblemente a partir de los 53.000 euros de ingresos al año.

El otro impuesto polémico es el IVA. Aunque parte de los expertos y los organismos internacionales abogan por una subida del tipo general desde el 21% hasta el 23% –el nivel al que están los tres países rescatados de Europa: Grecia, Portugal e Irlanda–, Montoro ya ha contestado: «No tenemos ninguna intención de subir el IVA. Ya lo hemos subido esta legislatura», dijo. Sin embargo, lo que sí parece seguro es que algunos productos podrían pasar del IVA superreducido (4%) o reducido (10%) al tipo general. Además, es más que probable que para cumplir con una sentencia europea el Gobierno se vea obligado a elevar desde el 10% al 21% el IVA de algunos productos sanitarios como gafas, lentillas, vendas o equipo hospitalario. Por el contrario, el IVA cultural podría bajar al 10%, el mismo nivel que tenía antes de la subida de 2012.

Para rebajar el esfuerzo fiscal de las familias españolas, Montoro valora incrementar la parte exenta de tributación dedicada a cubrir las necesidades básicas, así como elevar las deducciones por hijo. En el Impuesto de Sociedades, se rebajarán las deducciones de algunos conceptos como la internacionalización o el I+D –afectará sobre todo a las grandes empresas–. También podría reformarse el sistema de módulos –otra vez– por el que tributan las pymes, pues resulta difícil perseguir el fraude fiscal de estas empresas.

Se mantendrá la desgravación por compra de vivienda habitual para los cinco millones de contribuyentes que se benefician de ella y, como siempre en estos casos, subirán los impuestos especiales que gravan productos como las bebidas alcohólicas, el tabaco o los hidrocarburos.