Chefs
Una manta, cubiertos de plástico y cinco galletas
Madrid- Miguel Blesa vivió ayer su primera jornada completa en la cárcel de Soto del Real, después de las 20 horas que estuvo el pasado 16 de mayo antes de pagar los 2,5 millones de euros de fianza. A partir de ahora, el ex presidente de Caja Madrid tendrá que acostumbrarse a vivir en una celda de unos 10 metros cuadrados y a seguir unos horarios muy estrictos. En primer lugar, a su llegada a la prisión de Madrid el miércoles a las 23:00 horas, Blesa tuvo que entregar a los funcionarios sus pertenencias de valor y fue entrevistado por un equipo técnico que tuvo que decidir a qué departamento lo enviaban. Posteriormente, le entregaron un juego de sábanas, una manta, un neceser con objetos para la higiene, los cubiertos de plástico que necesitará para comer y una tarjeta que podrá cargar con un máximo de 80 euros semanales para gastar en el supermercado de la prisión. Una vez en la celda, el ex banquero pudo dormir hasta las 8:00 horas, cuando se despiertan los presos para recoger la habitación antes de bajar a desayunar a las 8:30 horas, generalmente cinco galletas, aunque a veces les dan bollería. A partir de las 9:00 horas bajan al patio hasta las 13:00 horas, cuando comen. Durante su tiempo libre, los internos pueden trabajar, practicar deporte y estudiar, entre otras actividades. Después, Blesa volvió a la celda para descansar hasta las 16:30, cuando bajó al patio y esperó a que llegasen las 19:00 horas para cenar. Para finalizar el día, a las 20:30 horas regresó a la habitación, de donde ya no pudo salir hasta hoy. La prisión dispone de 1.008 celdas de diez metros cuadrados con una litera, dos sillas, una mesa, una estantería, un inodoro, un lavabo y una ducha. Además, los presos pueden disfrutar de una televisión en la celda si su economía se lo permite.
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