Estreno teatral

El Cirque du Soleil viaja a Neverland

La compañía homenajea al rey del pop con «Michael Jackson. The Immortal World Tour», un viaje por su música y un derroche de luz, sonido y proyecciones

«Billie Jean», uno de los números de «Michael Jackson. The Immortal World Tour»
«Billie Jean», uno de los números de «Michael Jackson. The Immortal World Tour»larazon

Michael Jackson no murió el 25 de junio de 2009: los genios son inmortales y permanecen en sus obras. Esta afirmación, que puede parecer hiperbólica y algo relamida, expresa el sentir de miles de fans del malogrado cantante. Por eso, aunque cueste encontrar dos universos más distantes a priori que el del músico estadounidense y el del Cirque du Soleil, el genio de Jacko merecía un homenaje a lo grande y alguien en algún despacho tuvo claro que el rey del pop y los reyes del circo tenían más en común de lo que podría pensarse. «Michael Jackson. The Immortal World Tour» es el derroche de espectacularidad que llega esta semana a Madrid, tras su estreno europeo el pasado octubre en el O2 Arena de Londres: un viaje por su repertorio musical, desde los tiempos de aquel crío que se comía él solo a los otros cuatro Jackson 5 y ya anticipaba que sería una estrella hasta la bailable «Dangerous» o la contundente «Earth Song», pasando, cómo no, por algunos de sus éxitos imprescindibles: «Thriller», «Billie Jean», «Man in the Mirror», «Scream», «Human Nature», «I Just Can't Stop Loving You», «Jam», «Black or White»... Todo, interpretado en clave de espectáculo audiovisual para lograr que seguidores y escépticos, cuando menos, tengan la sensación de haber amortizado su entrada.

«The Immortal World Tour» no es un espectáculo de carpa –en Madrid se verá, tan sólo cuatro noches, en el Palacio de Deportes– y enlaza más, en ese sentido, con el reciente y rockero «Zarkana» que con otros montajes del Cirque, por más que beba de la idea del «jukebox» que ya han probado con éxito en Las Vegas con las canciones de Elvis y The Beatles: crear un espectáculo al servicio del repertorio musical de un artista. Pero en este montaje el universo del niño que se negó a crecer pesa más que la tradición de los canadienses. De hecho, la genésis y la inspiración de esta producción hay que buscarla en «This is it», la serie de conciertos que Jackson iba a ofrecer en Londres, con todo vendido desde hacía meses en el mismo O2, cuando murió.

Zapatos bailarines

La directora artística del espectáculo, Tara Young, explica sobre la diferencia entre estrenar en un teatro convencional de Broadway y hacerlo en el tipo de recintos de esta gira, con capacidad para varios miles de personas, que «cuando escuchas a la gente aplaudir, el rugido es increíble. Seamos francos: la gente que viene a ver el montaje es fan de Michael Jackson. Pero lo interesante es que también les gusta el Cirque du Soleil, así que es una combinación atractiva». ¿Y qué tienen en común ambos mundos? La directora responde a la duda: «Lo interesante es que Michael Jackson siempre deseó colaborar con el Cirque. Cuando pienso en ellos dos, veo a dos entidades que quisieron ir un paso más allá, llevar sus propuestas a un nivel superior, marcar la diferencia y hacer cosas que nunca antes se habían visto. Por eso resulta tan emocionante».

No estamos ante un montaje circense del Cirque du Soleil al uso, sino de un «show» más musical –aunque tiene números de acrobacias, barra, equilibrismos...–, un concierto-homenaje con versiones de los temas de Michael Jackson y la inventiva del Cirque a su servicio, que lo mismo mete a bailarines en unos enormes zapatos de charol como los de Jacko (mientras suena «Beat It»)que hace bailar por una pared a graffiteros al ritmo de un «medley» de juventud del controvertido artista o desfilar por el escenario a un siniestro ejército represor de policías robóticos con mensajes luminosos en sus uniformes («They Don't care About Us» es uno de los momentos más impactantes del «show»). En ese viaje, claro, está recogida toda la iconografía de Jackson, desde el «moonwalk» que patentó y el baile inclinado de «Smooth Criminal» a los sombreros de mafioso, el mono que adoptó como mascota y, por supuesto, las puertas de su megalómana mansión, Neverland. Y ni una nota discordante sobre su vida o muerte, porque, al fin y al cabo, «this is show business», ya saben.

Dirigido por Jamie King, este nuevo musical cuenta con 50 bailarines dirigidos por el coreógrafo Travis Payne, quien trabajó con Jackson durante 15 años y participó en la creación de «This is it». «Tenemos todos sus movimientos clásicos, como los de "Smooth Criminal", y más, todos los que la gente espera. Lo que hemos hecho es añadir el trabajo genial de Michael a esta experiencia. Los reinterpretamos: los fans de verdad verán los cambios y notarán ciertas diferencias, pero a las nuevas generaciones de bailarines o intérpretes que vengan a ver el "show", éste les va a llegar también», cuenta Payne, para quien «lo más duro fue tener que crear este montaje sin él. Es un recuerdo constante del hecho de que no está aquí... físicamente».

Payne aclara que aquella serie de conciertos y esta nueva producción «son experiencias diferentes. Lo único que es consistente es parte de la coreografía, en temas como "Dangerous", "Smooth Criminal", "Beat It"... Pero el equipo y el reparto son completamente nuevos –con contadas excepciones, como él mismo–, una aproximación diferente al mundo de Michael». Una vida que viró hacia mensajes ecologistas y pacifistas y que abrazó la causa de la multiculturalidad, zanjando el debate sobre sus cambios estéticos con aquel «no voy a pasar mi vida siendo un color» del «Black or White»

«Una de las cosas más complejas de este espectáculo –explica Tara Young– es viajar con él, porque debemos movernos muy rápido. Normalmente, descargamos en un auditorio por la mañana, montamos, actuamos por la noche y al día siguiente estamos ya de camino a la próxima ciudad». En EE UU, el show viajó por 70 ciudades durante 10 meses. «Somos el mayor espectáculo de auditorio del mundo ahora mismo, y eso tiene que ver con la iluminación, los trajes, las personas que lo hacen, nuestras personalidades...». Tras su paso por Madrid, el espectáculo recalará en el Palau Sant Jordi de Barcelona del 17 al 20 de abril de 2013.