Elecciones generales

Soraya Sáenz de Santamaría: Buen tono y datos frente al tres contra una

Soraya Sáenz de Santamaría: Buen tono y datos frente al tres contra una
Soraya Sáenz de Santamaría: Buen tono y datos frente al tres contra unalarazon

Soraya Sáenz de Santamaría se reunió ayer por la tarde con su habitual equipo y hoy mantendrá su agenda de Gobierno. El Gobierno envuelve en la idea de la «normalidad» el debate electoral a cuatro de esta noche que organiza Atresmedia. Lo emitirán Antena 3 y la Sexta, será retransmitido también en directo por Onda Cero y este periódico hará un seguimiento especial en internet y en su edición en papel. No hay precedente, ni por formato ni por participantes, pero desde Moncloa intentan rebajar las expectativas que se han puesto en el «duelo» al que se enfrentará la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, teniendo como contrincantes a los candidatos del PSOE, Pedro Sánchez; de Ciudadanos, Albert Rivera; y de Podemos, Pablo Iglesias.

La cita es, sin duda, excepcional. Pero su preparación en Moncloa no ha afectado ni a la agenda ni al equipo en el que habitualmente se apoya la vicepresidenta en su día a día. Ha trabajado con las personas de confianza que forman parte de su Gabinete. Un círculo que se amplía con el nombre del secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, y de algún ministro como el titular de Sanidad, Alfonso Alonso. La número dos del Ejecutivo también mantiene buena relación con el sociólogo de cabecera de Rajoy, Pedro Arriola. Arriola no se jubiló con las elecciones europeas, como se publicó entonces, y sigue aconsejando al Gobierno y al PP en clave electoral, ante debates de trascendencia o sobre la evolución en general del clima de opinión.

El debate de esta noche nace bajo la previsión de que la representante del Gobierno tenga que enfrentarse a un «todos contra ella», y en Moncloa han optado por guardar bajo llave la estrategia con la que van a resolver una cita difícil pero en la que el perfil de Sáenz de Santamaría puede ayudar a limitar el margen del «ataque» de sus rivales políticos. Ayer por la tarde tuvo sesión de trabajo con su equipo. Una más, sin «sparring» ni ningún otro componente extraordinario. Antes acudió a la tradicional recepción en el Congreso con motivo del Día de la Constitución. Y esta mañana mantendrá su agenda habitual, que todo los lunes incluye la reunión del Comité de Dirección.

La vicepresidenta se puso en serio a trabajar en el debate de esta noche cuando se oficializó que sería ella –y no el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy– la responsable de defender la política y el programa del PP contra los candidatos de los otros tres partidos mejor situados en las encuestas. Para prepararse para esta cita electoral se ha «armado» de datos positivos sobre la gestión del Gobierno, especialmente en aquellos puntos en los que es previsible que la oposición ataque más fuerte, como, por ejemplo, la política social o la lucha contra la corrupción. Desde la Vicepresidencia ella ha estado encima de toda la acción del Ejecutivo, coordinando a los ministerios o dirigiéndolos, por lo que el «temario» se lo conoce bien. Sáenz de Santamaría ha hecho de portavoz en esta legislatura, ha tenido bajo su control directo a los servicios de inteligencia y ha estado al frente de los comite de crisis que el Gobierno ha tenido que crear, como, por ejemplo, el que se constituyó con motivo de la crisis del ébola.

Por tanto, las asignaturas las domina, pero en Moncloa temen que sus rivales intenten enfangar el debate con algunas de las polémicas que han marcado esta legislatura, y citan incluso la posibilidad de que saquen a relucir el «caso Nicolás». Hasta para eso se han preparado. Contra la vicepresidenta no les será tan fácil obtener ventaja agitando la bandera de los casos de corrupción que han afectado al PP, pero en Moncloa prevén que no renuncien a esa baza utilizándola a ella para cargar contra Rajoy.

La vicepresidenta se ha estudiado los puntos débiles de sus adversarios, y las posibles defensas a esgrimir ante sus posibles ataques. Pero a diferencia de los cara a car» tradicionales, o de otros formatos televisivos como al que el sábado se sometió Rajoy en la Sexta, para responder a las preguntas de un grupo de ciudadanos, los candidatos llegan al de esta noche con todo abierto. Esto enriquecerá el duelo dialéctico, pero también dificulta a sus participantes articular el «escudo» que se pueden llevar preparado desde casa. La vicepresidenta acude con la intención de mostrar un perfil moderado, dialogante, con buen tono y buenas formas, para mirar al centro e incluso al voto del cambio que Sánchez le disputa a Rivera y a Iglesias. Pero dispuesta también a no dejar pasar ni una a sus adversarios. Los debates hay que ganarlos, y para hacerlo las armas de Sáenz de Santamaría serán «los datos, del PP y de sus rivales, un tono sosegado y un discurso en positivo y pedagógico». Hasta dónde llegue esta estrategia dependerá también del ataque de sus contrincantes.

Sus bazas

- La vicepresidenta mostrará un perfil moderado, dialogante, con buen tono y buenas formas.

- Mirará al votante de centro e intentará atraer el voto del cambio que el PSOE disputa a Podemos y a Ciudadanos.

- Se ha armado de datos positivos sobre la gestión del Gobierno.