Conflicto diplomático
El juez aboca al archivo las dos querellas contra Ghali por torturas
Dos acusaciones tienen intención de recurrir la decisión de Pedraz de no imponer medidas cautelares al líder del Polisario, por lo que la última palabra la tendrá la Sala de lo Penal
Tranquilo, tumbado en la cama y con mascarilla, en perfecto español, a través del teléfono y con mal aspecto físico. Así, desde el hospital San Pedro de Logroño y por videoconferencia, negó ayer Brahim Ghali las denuncias por torturas, detención ilegal y genocidio en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia) que le imputan varias víctimas de malos tratos .
Lo hizo antes de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz se negara, con el apoyo de la Fiscalía, a acordar su ingreso en prisión –como solicitaron dos acusaciones–, retirarle el pasaporte o restringir su libertad de movimientos con cualquier otra medida cautelar. No hay, a criterio del instructor, riesgo de fuga ni de que destruya pruebas y para dar ese paso, recalca, no es suficiente que entrara en España con documentación falsa.
De hecho, el magistrado únicamente requirió a Ghali para que facilitara un domicilio en España y un teléfono en los que estar localizable. Tras aportar el del despacho de su abogado, el dirigente polisario tenía ya las manos libres para regresar a Argelia sin ningún reparo judicial. Y sólo tardó unas horas en hacerlo, al abandonar nuestro país en avión de madrugada.
Pero, sobre todo, las resoluciones en las que el juez descarta la adopción de cualquier medida cautelar contra el líder del Frente Polisario –ingresado en el centro hospitalario desde el pasado 18 de abril convaleciente del Covid– dibujan un escenario sombrío para las pretensiones de los querellantes, pues ponen sobre la mesa los argumentos para un más que previsible sobreseimiento de las actuaciones.
El juez desinfla el testimonio de los testigos
Sobre todo, porque Pedraz afirma tajante que no hay indicios de peso que relacionen a Ghali con las supuestas torturas. Y, por si fuera poco, desinfla el testimonio de varios testigos que apuntan al líder polisario, porque considera que su versión de los hechos no ha sido corroborada por otros indicios.
Pese a ser conscientes del más que previsible archivo –el instructor tendrá que esperar en todo caso a que la Sala de lo Penal avale su decisión de no imponer medidas cautelares a Ghali–, dos de las acusaciones tienen pensado recurrir esas resoluciones.
Según fuentes jurídicas, tanto la letrada de la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos (Asadedh) como la defensa del activista Fadel Breica recurrirán la negativa de Pedraz a sus peticiones de cautelares (ambas instaron al juez a acordar la prisión provisional de Ghali). En ambos casos, según esas mismas fuentes, tienen previsto recurrir ante el propio instructor y, en última instancia, a la Sala de lo Penal. Una decisión que aún no ha tomado el abogado que representa a siete supuestas víctimas de torturas.
Durante su escueta declaración, Ghali solo contestó a las preguntas del fiscal y de su abogado, Manuel Ollé, dado que según fuentes presentes en esa comparecencia el instructor no le formuló pregunta alguna y el máximo dirigente polisario se negó a contestar al resto de las acusaciones.
Ghali afirma no conocer de nada a las supuestas víctimas de torturas
Tras negar rotundamente las torturas que se le imputan por parte de los querellantes, a quien dijo no conocer de nada, Ghali calificó de «absolutamente inciertas» esas acusaciones y aseguró que «como presidente de un país» (la República Árabe Saharaui Democrática) no tiene por qué conocer a un ciudadano (en referencia a Fadel Breica).
Fuentes de las acusaciones mostraron su extrañeza por el hecho de que, dado que Ghali se negó a contestar a sus preguntas, el fiscal no llevara a cabo un interrogatorio más exhaustivo, pues «no hizo más de tres o cuatro preguntas genéricas y sólo para preguntarle si negaba los hechos y si conocía a las víctimas».
Y más teniendo en cuenta, subrayan, que cuando se despachó una comisión rogatoria a Argelia para esclarecer si estaba investigando estos hechos «en su pliego incluyó varios folios con más de una treintena de preguntas».
“Hay informes forenses y los testigos lo identificaron”
Y aunque el dirigente polisario no achacó abiertamente las denuncias a un propósito político, sí lo hizo su abogado a las puertas de la Audiencia Nacional al denunciar que el único objetivo es cobrarse a Ghali como «trofeo o presa política». De hecho, durante la comparecencia, su letrado puso sobre la mesa la pretendida «inmunidad» de su cliente «como jefe de estado» de la República Saharaui.
Fuentes de las acusaciones no entienden por qué el juez afirma que no hay indicios suficientes de que Ghali esté implicado en las torturas o de que haya cometido delito alguno. «Hay informes forenses y los testigos le identificaron, uno directamente como uno de los torturadores y otros cuatro como responsable de esos hechos», destacan.
Pero para Pedraz –que no aprecia «riesgo de fuga alguno» ni de que Ghali pueda destruir pruebas–, las acusaciones particulares no han aportado «elementos siquiera indiciarios que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno».
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