Informe Afinsa
Afinsa evadió 8,8 millones de euros a cuentas de Mónaco
Las facturas a proveedores ocultaban pagos a directivos y retiradas en efectivo
El informe de los peritos judiciales sobre Afinsa –la sociedad filatélica intervenida en mayo de 2006 por una supuesta estafa piramidal que ha dejado un reguero de casi 200.000 perjudicados– detalla cómo sus responsables utilizaron paraísos fiscales para vaciar parte de los fondos de la empresa. El documento precisa que Albertino de Figueiredo, entonces presidente honorífico de Afinsa, fue el encargado de «presentar» a Francisco Guijarro (principal proveedor de sellos desde 1997 a 2003) en la entidad bancaria de Mónaco Societé Moneguasque de Banque Privée «para abrir una cuenta donde evadir parte del dinero recibido de Afinsa durante los años 2000 y 2001», en total 8,8 millones de euros.
Desde esa misma cuenta, añade el informe pericial, se realizaron «diferentes operaciones» entre Guijarro y Figueiredo. Entre ellas, la supuesta venta del segundo al primero de una colección de sellos, Clásicos de Portugal, por 1,7 millones, que según la investigación judicial habría seguido en manos del presidente honorífico de la entidad quien, como ayer informó este periódico, la incluyó en su testamento (hallado en el registro de su domicilio).
«No tienen nada que ver»
De hecho, tras la intervención judicial el propio Figueiredo reclamó a la Audiencia Nacional la devolución de la colección, a lo que el tribunal accedió en octubre de 2006 tras ordenar su embargo preventivo y la prohibición de venderla.
Además, en el informe pericial se recoge que, de 1999 a 2001, Afinsa emitió «una serie de facturas a nombre de diferentes proveedores» (Renne Blanc y Olivier Salvietti), pagadas a través de las cuentas bancarias monegascas, que en realidad «escondían pagos a personas diferentes a las reflejadas en las facturas y por diferentes motivos». Entre esos pagos figura uno a Figueiredo en concepto de «dividendos a los socios» por un importe de 2,7 millones de francos franceses (420.708 euros). Como también diversos abonos que se ingresan en cuentas de personas «que no tienen nada que ver con la emisora que figura en la factura o que se instrumentan en cheques al portador que se cobran en efectivo», casi 1,8 millones de francos franceses (274.088 euros).
Y es que el propio Figueiredo –que según la investigación obtuvo «sobresueldos, comisiones y dividendos no contabilizados como tales» tanto en Mónaco como en España– fijó su residencia fiscal en el Principado de 1997 a 2002. Sin embargo, «ni por su permanencia física ni por sus intereses económicos» dejó de tener la residencia fiscal en España «de acuerdo con la normativa del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas».
En cuanto a Guijarro, de los 96,6 millones que facturó a Afinsa entre 1997 y 2003, casi diez fueron ingresados en cuentas bancarias de Mónaco y Suiza «a nombre de los miembros de la familia Guijarro», cantidades que se destinaron a la inversión en activos financieros.
Pero el documento también se refiere a la «ruptura de relaciones» entre Guijarro y Figueiredo (quien llegó a considerar a aquél su mejor amigo). Según los peritos, la causa no sólo habría que buscarla en «las irregularidades de la filatelia suministrada» sino también en la investigación que el Sepblac (la Comisión de Prevención de Blanqueo de Capitales e Infracciones Monetarias) «estaba llevando a cabo sobre este proveedor» y el hecho de que las irregularidades en la filatelia que suministraba a Afinsa Guijarro se extendiera «a diferentes estamentos de la organización».
«Escaso valor de mercado»
Afinsa no sólo incurrió «en enormes gastos de comercialización y estructura» –sostiene el informe pericial– sino que además «pagó cantidades enormes por una filatelia que tenía un escaso valor de mercado». Su actividad se reducía a una captación masiva de recursos de los clientes realizando una actividad similar a la que efectúan las entidades financieras «pero sólo en cuanto a la captación de recursos y pagando unos intereses muy superiores». Por si fuera poco, Afinsa «sufrió pérdidas cuantiosas» en las sociedades en las que participaba, en total 58 millones de euros. Sin ir más lejos, el 17 de diciembre de 2003 vendió por diez euros a China Retail Venture su participación en la empresa americana GMAI Asia Inc., de la que llegó a poseer el 98,50%. Por esas mismas acciones había desembolsado 22,3 millones de euros, resaltan los peritos judiciales en su extenso informe.
✕
Accede a tu cuenta para comentar