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Caso Faisán: «No se han investigado más de 3.000 llamadas»

La Razón
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La abogada del ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies, María Ponte, mostró ayer su disconformidad con la sentencia del «caso Faisán», en la que se condena a su cliente y al inspector jefe José María Ballesteros a 1,5 años de prisión y cuatro de inhabilitación por revelación de secretos por el chivatazo a ETA en el bar Faisán (Irún, Guipúzcoa). En declaraciones a LA RAZÓN, denunció que la resolución «no ha recogido los elementos de descargo» que presentó la defensa, entre los que figuran «el acta de vigilancia que sitúa a Joseba Elosua –dueño del bar Faisán– en otro lado a la hora en que Pamies y Ballesteros están hablando, ya que le sitúa en la perfumería», o «los retrasos constatados entre la cinta de vídeo y el acta de vigilancia». «Simplemente se han acogido las tesis acusatorias sin valorar debidamente los elementos planteados por la defensa», aseveró.

En esta línea, Ponte recalcó que «hay muchas llamadas que no se han investigado». «Más de 3.000 según las periciales que hemos aportado», apostilló, justo antes de detallar que entre estas llamadas figuran todas aquellas inferiores a cuatro minutos, así como las de las redes francesas.

Tras criticar estos aspectos, la abogada de Pamies rehusó entrar en el debate de si su cliente y Ballesteros deberían haber sido condenados por colaboración con banda armada porque, según sostiene, ambos son inocentes. «Nosotros entendemos que no tenemos que entrar en ese debate porque estamos defendiendo la inocencia de Pamies y Ballesteros», dijo. De hecho, anunció que van a recurrir en casación. «Siempre estamos esperanzados. Tenemos confianza en la Justicia», zanjó.

Aparte de la reacción de la abogada del ex jefe superior de Policía del País Vasco, ayer se sucedieron otras valoraciones de la sentencia del «caso Faisán». Antonio Amedo, el ex subcomisario de Policía que tomó parte en los GAL, afirmó que ésta es «un amaño jurídico-político» y incidió en que es «imposible» que el chivatazo a ETA se diese sin saberlo el entonces ministro del Interior, el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el secretario de Estado de Seguridad de aquel momento, Antonio Camacho. También aconsejó a Pamies y Ballesteros que guarden silencio sobre lo que realmente ocurrió. «Ellos saben lo que pasó con nosotros», señaló a Servimedia, en alusión a su caso y al de Michel Domínguez, que durante años no hablaron sobre la guerra sucia contra ETA, aunque finalmente decidieron delatar a sus superiores. A su juicio, los policías condenados «son muy libres de tomar la decisión que estimen oportuna», pero pueden ser objeto de «promesas, amenazas y apaños».

Por su parte, la vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos, criticó la condena a Pamies y a Ballesteros porque «eran los peones de una operación política» de la que Rubalcaba «sale indemne». Este último, según destacó, «tenía que haber dado explicaciones». Mientras, en las filas socialistas no parecen muy dispuestos a contentar a los que piden este tipo de explicaciones. Ayer, la «número dos» del PSOE, Elena Valenciano, no quiso entrar en «las provocaciones de algunos» y adelantó que se guarda su opinión sobre el caso hasta que termine el recorrido judicial del mismo.