Díaz apuesta por volver a ir a las urnas con Sánchez como candidato

Susana Díaz decretó hace dos semanas una tregua unilateral con su secretario general, a la espera de que una «propuesta inasumible» –informaba LA RAZÓN el miércoles 3– de Podemos hiciese encallar su propósito de reeditar el frente popular. La presidenta andaluza se sentó a esperar hasta ayer, cuando Pablo Iglesias exigió la celebración de un referéndum en Cataluña como condición previa a las negociaciones. Justo lo que proscribía el documento del penúltimo Comité Federal. Horas antes, conocedora ya de las intenciones de Iglesias, Díaz declaraba: «Lo mejor que le puede pasar a España en estos momentos es que Pedro Sánchez forme un gobierno estable». El PSOE-A ya trabaja con la repetición de las elecciones como hipótesis más probable y si los acontecimientos se precipitan hacia un Gobierno de Rajoy en minoría, que era la opción preferida por Susana Díaz desde el 21-D, causa alivio que sea Pedro Sánchez quien arrostre con las consecuencias de una abstención en la investidura que sería mal vista por las bases.

La respuesta fulminante de Antonio Hernando a Iglesias desató el optimismo en la sede de los socialistas andaluces, donde la primera reacción fue celebrar que «por fin» sus compañeros de Ferraz vayan a plantar cara a Podemos. «Ahora sí se puede pensar en recomponer la unidad del partido», destacaba un dirigente local que aventuraba que «habrá muy poco tiempo para cambiar de candidato si se repiten las elecciones, así que lo más probable es que todos los socialistas hagan piña con Sánchez si se vuelve a votar». No dice pero tampoco niega que la federación andaluza, en ese caso, intentaría retrasar el congreso que habría de elegir al próximo secretario general. «Está previsto para mayo aunque con unas elecciones en ciernes...».

Díaz ha «respirado tranquila» en cuanto se ha sustanciado el órdago podemita, según una fuente de su entorno más cercano. «Aunque es una mujer de partido y percibe que la situación del PSOE es peliaguda, al menos ha quedado claro que tenía razón cuando advertía de que Iglesias era un falso aliado, un adversario cuyo único propósito es ocupar el espacio político de los socialistas. Su ansia de poder le ha quitado la careta». Además, la aritmética obliga a que el hipotético pacto de izquierdas se adobe con las abstenciones de grupos soberanistas, y eso también estaba en el ánimo de Díaz cuando atendía a los medios ayer: «Lo primero es Andalucía y España y después el PSOE».

De momento, el mayor poder institucional de los socialistas lo ostenta Díaz, quien aprovechará la celebración del Día de Andalucía para reivindicar el papel de su territorio como garantía de la unidad nacional. El PSOE-A anunció una campaña en defensa de la igualdad territorial y en contra de los «intentos de romper España». Juan Cornejo, secretario de organización, que defendía en vano la casual oportunidad de estas circunstancias, lo explicaba así: «Estamos en un momento muy delicado y el 28-F supuso en su momento que Andalucía, la comunidad más importante de este país, fue la que ayudó a que el camino a recorrer por las comunidades fuera en igualdad de condiciones y no hubiera comunidades de primera y de segunda, porque se traduciría en que hubiera ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda».

Para terminar con una andanada directa a los bolivarianos. «Me preocupa que Podemos mantenga su exigencia de que se celebre un referéndum en Cataluña» porque sigue vigente una resolución «clara» del Comité Federal en contra de ello, e interpretó que «pedir el referéndum es como decir que no se quiere un acuerdo». Sobre la exigencia de que Pablo Iglesias sea vicepresidente, Cornejo reiteró su posición «personal y también de la presidenta Díaz» de que resultará «muy difícil convivir en un Gobierno con representantes de ese partido».