Política

Desempleo juvenil

El camino al empleo

La Razón
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Rebajar los costes de inicio de la puesta en marcha de un negocio es una de las grandes líneas de acción que debe comportar cualquier plan o estrategia cuyo fin sea el fomento del emprendimiento. Hasta ahora, y esperemos que cambie pronto, el autónomo es el único empleo donde uno paga por trabajar. Sin haber ingresado un solo euro, algo habitual en el inicio de un negocio, se cotiza desde el primer mes 250 euros de media.

Es evidente que este hecho desincentiva claramente a todo aquel que se plantea emprender en la actualidad. Por ello, tiene todo el sentido una tarifa plana de 50 euros durante seis meses en las cotizaciones para precisamente animar a los jóvenes que quieren montar su empresa pero que lo ven inasumible en términos de costes.

Sin embargo, y aunque es sin duda una gran medida, es evidente que no será la única y que la Estrategia de emprendimiento y empleo joven que se está negociando planteará de aquí a unas semanas un paquete global en el que actualmente estamos trabajando.

Una estrategia que, si bien tiene como objetivo prioritario el empleo joven y el emprendimiento como llave para la creación de empleo y freno del desempleo juvenil, no debería olvidar a aquellos que no son tan jóvenes y abordar temas tan importantes para la supervivencia de los autónomos, como la segunda oportunidad, la mejora de la protección social, la educación y la formación en el emprendimiento.

Una estrategia que todos esperamos que se complete en términos de incentivos fiscales con la famosa Ley de Emprendedores en el primer semestre de este 2013. Hay margen para ponerla definitivamente en marcha.

Parece que en este año, al fin, emprendedores y autónomos dejarán de ser el patito feo y ocuparán un sitio relevante en la agenda política y en la participación para el diseño de las medidas para el empleo. Y esperamos que esta vez se cumpla, pues sólo encontraremos el camino hacia el empleo si apostamos por emprendedores y autónomos. Si todos ya lo tenemos claro, evitemos que se vuelvan a cometer los errores en el diálogo del pasado, que hoy son los problemas que padecen y destruyen a los autónomos. Y sí, queremos un acuerdo para el empleo, pero no sin contar con los autónomos.