El desafío independentista
El Gobierno implica a todos los ministerios en su «plan» para frenar a Artur Mas
Las carteras económicas tienen ya informes sobre lo negativo de la independencia. Estudian desplegar a secretarios de Estado y segundos niveles por las cuatro provincias
Rajoy ha implicado a su Gabinete en la respuesta al desafío independentista. La mayoría de los ministerios trabajan en este «asunto de Estado», elaborando informes orientados a detallar las consecuencias económicas de la independencia y a poner «negro sobre blanco» su inviabilidad.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha implicado a su Gabinete, prácticamente en pleno, en la estrategia de respuesta al desafío independentista que lidera Artur Mas. Fuentes solventes confirmaron a este periódico que la mayoría de los ministerios, especialmente los del área económica, están trabajando en este «asunto de Estado», elaborando informes y «papeles» de muy diverso signo y que están orientados, sobre todo, a detallar las consecuencias económicas de la independencia y a poner «negro sobre blanco», pero con cifras y datos, la inviabilidad del camino que ofrece Mas a los catalanes.
Las materias son variadas, pero, entre ellas, cabe citar, por ejemplo, las que ocupan a Presidencia, Trabajo, Hacienda e incluso Economía y Competitividad. Se han preparado informes sobre cómo Cataluña no podría sostener su sistema de pensiones ni tampoco el pago del subsidio de desempleo porque no cuadran las cifras de trabajadores, de cotizantes y de parados. En relación a las pensiones, sólo cubren dos tercios del gasto y el resto procede de la hucha común.
También hay análisis sobre el déficit comercial o la situación fiscal, y, al respecto, Hacienda tiene rematadas las balanzas fiscales, que se comprometió a publicar a finales de año y sobre las que todavía no ha dado ningún dato. Esta actitud, en un contexto de enfrentamiento claro entre este Ministerio y la Comunidad de Madrid, ha dado lugar a que algunos sospechen que el Ministerio está reteniendo las cifras porque son muy favorables a la región que preside Ignacio González. Especulaciones aparte, el ministro Cristóbal Montoro tendrá que cumplir su compromiso antes o después, según confirman dentro del propio Ejecutivo.
El presidente del Gobierno explicó en la entrevista del lunes, que le realizó en Antena 3 la directora de Informativos de la cadena, Gloria Lomana, que tiene un «plan» para frenar la independencia de Cataluña. Y sostuvo que no se romperá la unidad de España mientras él sea presidente. No entró en más detalles, pero según ha constatado este diario, ese «plan» se sostiene en dos «patas»: la política y la legal. Respecto a esta última, el camino lo marca la legalidad vigente. A cada decisión ejecutiva o legislativa, con efectos, que vulnere la ley, la respuesta la dará el Tribunal Constitucional (TC) con la suspensión inmediata de aquella resolución o norma que atente contra la Carta Magna. Si Mas desoyese los mandatos del TC, la vía también está tasada y la marca el artículo 155 de la Constitución en lo que afecta a aquella comunidad «que no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España». Pero el Ejecutivo, aunque está convencido de que Mas seguirá ejecutando su «programación independentista» pese a que el Congreso tumbe la consulta, también cree que el presidente de la Generalitat «no llegará al extremo de colocarse en rebeldía» y que antes dirigirá la tensión hacia elecciones plebiscitarias.
Por eso Rajoy considera que tan importante, o casi más, que la respuesta legal es la respuesta política, hasta ahora en un segundo plano en lo que va de Legislatura. Desde Cataluña han reclamado al Gobierno y al partido una mayor presencia en la comunidad autónoma, no sólo con mensajes lanzados desde Madrid o con la visita puntual de un ministro o de un alto cargo. Piden que se trabaje más el terreno y no den la sensación «de que se entrega la batalla al adversario antes de librarla».
Esta demanda convence a Rajoy y se ha concretado, por ahora, en decisiones como la de que todos los ministerios estén más encima de los temas catalanes, que hablen frecuentemente, a través de los directores de Gabinete, con el PP regional y que mejoren la coordinación en cuestiones en las que antes no existía diálogo alguno. En esta estrategia política, la nueva etapa que se abre con la convención del PP catalán, que se celebra este fin de semana, gira básicamente sobre la idea de reforzar la labor pedagógica y didáctica. Sin perjuicio del discurso de réplica a Mas, el objetivo es retomar la iniciativa y contrarrestar el argumentario nacionalista con un mensaje dirigido a los catalanes. Para ello incluso se estudia la posibilidad de que no sean sólo ministros y primeros espadas los que viajen a Cataluña, sino también secretarios de Estado, directores generales y otros segundos niveles de la Administración General del Estado. Que vayan «a vender la realidad que ocultan Mas y ERC». Y que este despliegue no se centre exclusivamente en Barcelona, sino que abarque las cuatro provincias.
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