País Vasco

El ministro más político del PP

El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso (c), junto a los presidente del PP de Bizkaia, Antonio Damborenea (i), y de Gipuzkoa, Borja Sémper (d
El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso (c), junto a los presidente del PP de Bizkaia, Antonio Damborenea (i), y de Gipuzkoa, Borja Sémper (dlarazon

Alfonso Alonso vuelve al País Vasco como presidente de un partido que, pese a ser el ministro de Sanidad -el de perfil más político del Gobierno- y haber sido portavoz de su partido en el Congreso de los Diputados, nunca ha abandonado. Informa Rocío Antoñanzas/Efe.

Así lo prueba el enfrentamiento que tuvo con Arantza Quiroga, a la que sustituirá a partir de mañana, después de que la dimitida presidenta del PP vasco decidiera prescindir del anterior secretario general, Iñaki Oyarzábal, para sustituirlo por una persona de su confianza, Nerea Llanos.

Alavés y vitoriano militante de la quinta de 1967, Alonso no pierde la ocasión de hacer gala de su origen vasco, de su carácter franco, sin eufemismos, alejado de la dialéctica de salón.

Es un político sin pelos en la lengua, de oratoria directa y en ocasiones vehemente, no es de los que se achican en los debates frente a frente, y así lo demostró en los tres años en los que fue portavoz del PP en el Congreso de los Diputados.

Fue la voz del PP para explicar las políticas más duras del Ejecutivo en plena crisis económica y, pese a la mayoría absoluta de la que disfruta su partido, el que buscaba el acuerdo de la oposición con la que mantuvo buenas relaciones.

Y además es alavés. Y alardea del sentido común, la sensatez y la moderación que caracteriza a los alaveses.

Alcalde de Vitoria de 1999 a 2007, tuvo que sobrevivir, como otros muchos políticos vascos, con la amenaza de ETA, en un momento especialmente duro y en un ambiente francamente hostil.

Como primer edil de la ciudad no dudó en enfrentarse con la palabra al silencio impuesto desde hacía lustros por ETA y su diferentes marcas políticas.

El horror del terrorismo lo conoció desde pequeño. En alguna ocasión ha recordado como con doce años, camino de su colegio de los Marianistas de Vitoria, presenció horrorizado el asesinato de Jesús Velasco Zuazola, el entonces responsable de la Policía Foral de Álava.

Su compromiso político le llega por vía materna. Su abuelo Manuel Aranegui, fue diputado general de Álava y defendió el Concierto Económico en plena dictadura franquista.

Pero la clave de ese compromiso le llegó con el asesinato de Gregorio Ordóñez, un referente en el PP del País Vasco, y modelo para jóvenes militantes.

Alonso simultaneó durante un tiempo la alcaldía y el escaño en el Congreso, para dedicarse por completo a la Cámara baja a partir de 2008.

En esa segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero fue portavoz adjunto del grupo parlamentario y "mano derecha"de Soraya Sáenz de Santamaría, que por entonces dirigía la bancada popular.

Con la llegada del PP a la Moncloa, Rajoy volvió a contar con él, esta vez para defender las políticas del Gobierno en el Congreso.

Habitual en las quinielas de "ministrables"y experto en apagar los "incendios"del PP, Alonso llegó al Gobierno para, precisamente, sustituir a una de las ministras más cuestionadas, Ana Mato.

A su llegada al Ministerio, el pasado 3 de diciembre, se comprometió a continuar con la reforma sanitaria de Mato para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, aunque dio marcha atrás en una de las medidas más controvertidas como la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes.

Como ministro, tuvo que hacer frente a la crisis de la hepatitis C y logró aprobar un plan estratégico para el abordaje de esta enfermedad que acalló las protestas de los afectados y terminó con los encierros en los hospitales.

Durante los diez meses que Alonso lleva al frente de Sanidad, se ha dado luz verde a asuntos que llevaban tiempo enquistados como la reforma de la Ley del Aborto, el Plan de la Infancia o el de la lucha contra la trata de mujeres y niñas.

Casado y con cuatro hijos, Alonso es licenciado en Derecho y en Filología Románica y ejerció como abogado antes de entrar en política.