Terrorismo yihadista
El número de sirios que han entrado en Melilla este año se acerca ya a la cifra total de 2014
Sospechan de que entre los inmigrantes puedan «colarse» elementos yihadistas. Marruecos ha finalizado ya su vallado, a unos 30 metros del español
La cifra, y estamos en mayo, se aproxima ya al total de la registrada el año pasado en la frontera de Melilla. Un total de 2.801 ciudadanos de origen sirio habían entrado en España hasta el pasado día 4, frente a los 3077 que se registraron a lo largo de 2014. Ese día hubo que cerrar durante unas horas la frontera de Beni Enzar, dado el elevado número de personas de esta nacionalidad que trataban de entrar en la Ciudad Autónoma.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del asunto, hasta ahora no se ha detectado la presencia de elementos yihadistas y se considera que la inmensa mayoría son sirios que huyen de la guerra que asola su país, en la que los dos bandos en conflicto, en especial las bandas islamistas, han sido acusadas de todo tipo de atrocidades.
Sin embargo, no se descarta que entre tanta gente, que suele acceder a territorio español con pasaportes falsificados, puedan haberse infiltrado elementos terroristas que tratan de asentarse en algún país europeo, entre ellos España, para permanecer como “células durmientes” a la espera de tener la ocasión de perpetrar acciones criminales.
Si se observa el crecimiento de la entrada de sirios por la frontera de Melilla, las sospechas antes citadas cobran fuerza. En 2010, entró uno; en 2011, tres; en 23012, uno; en 2013, 231; en 2014, 3077; y, en lo que va de año, 2801.
Objetivo: Nador
Frente a la inseguridad que supone viajar por Libia, país en el que luchan varios bandos, y atravesar el canal de Sicilia, camino de Italia, en embarcaciones abarrotadas de inmigrantes y carentes, en la mayoría de los casos, de las mínimas medidas de seguridad, la frontera de Melilla ofrece, para los que tienen ciertos medios económicos, un panorama muy distinto. Al final, no hay tanta diferencia entre lo que tienen que pagar los que acuden a Libia que los que, a través de Marruecos, llegan a Nador, ciudad marroquí situada a una media hora de Melilla. El viaje es más largo pero, al final, compensa.
Frente a las mafias de la inmigración que actúan en Libia, en Marruecos existe un auténtico mercado de documentaciones falsas que, tras una estancia de no demasiados días en un hostal de Nador, cuyas habitaciones abarrotan familias enteras, se consiguen tras el pago de cantidades que fluctúan en función de la demanda y que están creciendo dado el elevado número de sirios que han escogido esta vía para entrar en Europa.
Esos pasaportes, una vez atravesada la frontera, son devueltos al “contacto” marroquí, que no tardará en vendérselos (más bien alquilárselos) a otros ciudadanos sirios, que ya en territorio melillense acuden al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde, en teoría, todos debería solicitar el asilo en función de que llegan de una zona en guerra. Curiosamente, un tercio no lo hace y, sin embargo, no son devueltos a Marruecos.
Tal y como adelantó LA RAZÓN, dentro del citado centro, los sirios tratan de formar una “casta” aparte, al considerase superiores a los subsaharianos, con los que han protagonizado no pocos conflictos.
Marruecos ha terminado su vallado
Respecto a los que tratan de entrar por la fuerza en Melilla, la mayoría subsaharianos, la cifra ha descendido de los que han logrado o lo han intentado de forma considerable. En lo que va de año, se han producido 18 saltos masivos, con un total de 3.150 participantes, de los que 87 lograron entrar en España; el año pasado, los saltos fueron 65; los participantes, 16.895; y 2035 los que lograron su propósito.
Esta disminución, según las citadas fuentes, se debe al reforzamiento de la vigilan cia del vallado español y que Marruecos tiene prácticamente concluido el suyo, situado a unos 30 0 m40 metros de media, según las zonas, del nuestro. Está formado por un foso, un gran talud formado por la tierra extraída para realizarla, y una verja en forma de Y, coronada por concertinas.
Las llamadas “devoluciones en caliente”, avaladas recientemente por un decisión de los Tribunales de Justicia, que, además, desimputaba al coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, se han demostrado como un método eficaz para frenar la inmigración clandestina.
La labor que realizan los agentes de la Benemérita, denostada en muchas ocasiones por sectores minoritarios de la sociedad, apoyada por el Gobierno que ha incrementado los medios materiales y humanos, es la pieza fundamental para que todo el entramado anti intrusión funcione de forma correcta.
Como dato significativo, que avala la colaboración hispano-marroqui, en lo que va de año no han podido llegar a nuestras costas por la zona de Melilla ninguna embarcación de inmigrantes, frente a los 31 del año pasado, protagonizados por n569 personas, de las que sólo 197 lograron su objetivo.
La cifra total de presión sobre el vallado es, en lo que va de año, de 108 acciones, protagonizados por 3234 personas, frente a los 133 del año pasado, con 17.281, en que consiguieron entrar 2.122 frente a los 108 hasta el lunes de este año.
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