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Felipe VI propondrá candidato a Rajoy para que forme Gobierno

Cerrará hoy la ronda de consultas tras la audiencia con el presidente en funciones, al que elegirá por encabezar la lista más votada.

El Rey Felipe VI ha recibido hoy, en el Palacio de la Zarzuela, al portavoz de Compromís-Podemos, Joan Baldoví (d)
El Rey Felipe VI ha recibido hoy, en el Palacio de la Zarzuela, al portavoz de Compromís-Podemos, Joan Baldoví (d)larazon

Cerrará hoy la ronda de consultas tras la audiencia con el presidente en funciones, al que elegirá por encabezar la lista más votada.

Hoy es el día crucial en la ronda de consultas que el Rey inició el pasado lunes: recibirá en La Zarzuela a los líderes de Podemos, Pablo Iglesias; del PSOE, Pedro Sánchez, y del PP y presidente en funciones, Mariano Rajoy. Una vez cerrada esta maratoniana serie de encuentros que el Jefe de Estado ha mantenido con los líderes de 14 partidos con representación parlamentaria, la Casa del Rey se pondrá en contacto con el presidente del Congreso, Patxi López, para citarle en Zarzuela y que Felipe VI le proponga candidato para que intente formar Gobierno.

Este candidato será Mariano Rajoy, salvo que éste renunciase a presentarse a la investidura, lo que él mismo descartó ayer al confirmarla a la salida de un acto. La respuesta que dará el Jefe de Estado la puso ayer sobre la mesa Joan Baldoví, al desvelar tras la audiencia en La Zarzuela, en el cuarto día de la ronda de contactos, que Don Felipe le había comentado su voluntad «de manera decidida» por seguir «el orden natural», según el cual es al líder del PP a quien corresponde someterse a la votación en la Cámara Baja. El Monarca seguirá el procedimiento habitual de dar prioridad a quien ha obtenido un mayor número de diputados –que en los pasados comicios del 20-D fue Rajoy con 123 escaños, seguido de Pedro Sánchez, con 90– y permitir que exponga en el Congreso su programa de gobierno.

Así fue el proceder de su padre, Don Juan Carlos, en 2011, aunque con un panorama totalmente distinto: el Rey Emérito contaba con que Rajoy, el mismo candidato que ahora se defiende sin apoyos contra quienes intentan echarlo de La Moncloa –al menos de momento–, formaría Gobierno al tener la mayoría absoluta de la representación parlamentaria en la Cámara Baja. Es más, en apenas dos días vio a los 15 grupos. Don Felipe ha necesitado una semana entera para reunirse con 14 formaciones –ERC y Bildu han declinado acudir a la cita–, lo que es perfectamente comprensible dado el desalentador espíritu de consenso actual entre los partidos políticos. Baldoví informó también ayer a su salida de Zarzuela que habían bromeado sobre «lo fácil» que lo tuvo Don Juan Carlos hace cuatro años y «lo difícil» que lo tiene Felipe VI. Porque por primera vez en la historia de la democracia de España, desde que se convocaron las primeras elecciones generales en 1977, el político propuesto podría no obtener la confianza del Parlamento para formar Gobierno, ni en la primera votación, en la que aspirará a conseguir la mayoría absoluta de los votos, ni en la segunda, que se producirá 48 horas después, para intentar una mayoría simple. En caso de que Rajoy no consiguiera su ansiado Gobierno de coalición PP-PSOE-Ciudadanos, como todo parece indicar, y de que el «plan B» que el ministro del Interior aseguró ayer que tiene guardado Rajoy bajo la manga, Don Felipe tendrá que volver a iniciar la ronda de consultas y proponer candidato de nuevo. A partir de la primera votación se da la vuelta al reloj de arena hasta que se venzan los dos meses de margen: si no se ha formado gobierno, el Rey disolverá las Cortes y convocará nuevas elecciones. Las otras opciones que se barajan, hipotéticas, es que el Jefe de Estado opte por proponer candidato al líder socialista, Pedro Sánchez, porque si forma el frente PSOE-Podemos-IU-PNV con la abstención de los nacionalistas tendría más posibilidades de formar Gobierno. El Jefe de Estado daría así prioridad a acortar los plazos para que se nombre presidente de Gobierno, o también podría darse la situación de que no se decante por ninguno de los dos representantes hasta que alguno consiga un respaldo sólido en votos.

Una situación determinante para Don Felipe, ya que sus actos condicionarán no sólo su reinado, apenas un año después de su proclamación, sino también de su futuro como Rey.