Cataluña

En busca de un gran pacto para coser la Cataluña rota

Mas exige al Gobierno que asuma el resultado que arrojen las urnas dentro de dos semanas. García Albiol se dirige por carta a PSC y C’s para «sumar esfuerzos» y reconducir la crisis política

Un joven posa con un pasaporte falso en Barcelona
Un joven posa con un pasaporte falso en Barcelonalarazon

Nada hace pensar que las urnas sean la solución para resolver el complejo escenario político que se ha instalado en Cataluña. Aunque Artur Mas lo ha repetido decenas de veces («Las urnas son la solución, no el problema, como algunos quieren hacer»), lo cierto es que la práctica totalidad de los sondeos coincide en que el Parlamento catalán quedará fracturado tras el 27 de septiembre. Ningún bloque, ni el de las fuerzas independentistas ni el de las formaciones que defienden la unidad de España, tendrá una clara mayoría sobre el otro y, en consecuencia, la situación política amenaza con seguir enconándose.

«Considero muy negativa la confrontación política que estamos viviendo en Cataluña. Si se instala en el debate político y social la idea de que quien no comparte la solución soberanista no es un buen catalán, provocaremos una profunda división en nuestra sociedad», advirtió ayer José Montilla en un comunicado emitido por la oficina del ex presidente de la Generalitat con motivo de la Diada de Cataluña.

Montilla, consciente de que el riesgo de ruptura en la sociedad cada vez es mayor, hizo un añadido: «Lo más grave, y debemos comprometernos todos a evitarlo, es que se consolide una línea de división entre los ciudadanos y las ciudadanas de Cataluña, en función a su adhesión o no a la propuesta independentista. El “estás conmigo o estás contra mí” conlleva riesgos demasiado importantes para nuestra vida democrática».

Serenidad

En realidad, el propio Artur Mas sabe que los ánimos están cada vez más tensos en Cataluña, que el debate sobre la independencia ha extremado las posiciones en la sociedad y, por eso, ayer lanzó un llamamiento a la serenidad aprovechando su mensaje institucional de la Diada. «Quiero pedir de forma clara y nítida un debate sereno en estas elecciones. Vivamos con normalidad la riqueza democrática que supone tomar decisiones en las urnas, confrontemos pareceres, presentemos propuestas, debatámoslas. No rehuyamos las diversas opciones que enriquecen y seguirán enriqueciendo este país», dijo.

El gran interrogante es cómo se va a afrontar el escenario postelectoral si las encuestas aciertan. ¿Cómo los independentistas van a impulsar la secesión si tan siquiera alcanzan el 50 por ciento del voto aun teniendo la mayoría de escaños? Mas, en todo caso, evitó referirse a esta circunstancia y se limitó a pedir al Gobierno que asuma este resultado. «Una vez que la gente haya hablado a través del voto, asumamos todos la decisión de la mayoría. Y a partir del día siguiente, sea cual sea la decisión, la concordia y la voluntad inequívoca de ser un solo pueblo deben seguir siendo el norte que guíe nuestro futuro colectivo», reclamó.

Lo cierto es que el propio Mas puede ser sacrificado el día después de las elecciones, puesto que la CUP –aparentemente imprescindible para la mayoría soberanista– ha dicho con toda claridad que sus votos no servirán para investir como presidente de la Generalitat al líder de Convergència.

Ante este escenario conviene preguntarse si las formaciones partidarias de la unidad de España serían capaces de lograr un pacto alternativo. El candidato del PP a la Generalitat, Xavier García Albiol, insistió ayer en ello. En esta ocasión, Albiol dirigió una carta a sus homólogos de PSC, Miquel Iceta, y de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en la que les invitó a «sumar esfuerzos» con el fin de «cerrar las heridas abiertas por el independentismo».

Horas antes del arranque de la campaña electoral, Albiol dio a conocer esta misiva enviada a ambos candidatos, en la cual subraya que el 27 de septiembre Cataluña vivirá los comicios «más importantes de la democracia» y les anima a «dejar de lado las diferencias políticas y los intereses partidistas» con el fin de «reconducir la actual crisis política».

El problema en este caso es que la suma de PP, PSC y C’s podría resultar insuficiente y, por tanto, sería imprescindible el apoyo de la marca apoyada por Podemos (Catalunya Sí Que Es Pot). ¿Están dispuestas las formaciones de la nueva política a alcanzar un pacto para preservar la unidad de España?

Hasta ahora sólo hay ambigüedad por su parte.