Casa Real
Felipe VI apela a la cooperación entre Japón y España por el «orden internacional»
Posiciona a España como socio del país nipón ante el primer ministro, afín a Trump.
Posiciona a España como socio del país nipón ante el primer ministro, afín a Trump.
En su primer discurso oficial del viaje de Estado a Japón, Felipe VI apeló a la colaboración entre Japón y España en la defensa del «orden internacional» y resaltó la visión común entre ambas naciones a la hora «de estar en el mundo», basada en el «respeto» a los principios de la Carta de Naciones Unidas. Esta declaración de intenciones tuvo lugar durante la cena de gala que los emperadores Akihito y Michiko ofrecieron en el Palacio Imperial en honor de Don Felipe y Doña Letizia, entre alrededor de 80 personas. El año que viene se conmemorará el 150 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones, y el Rey destacó que «será la oportunidad para impulsar aún más nuestra rica relación bilateral». El mensaje del Monarca fue un claro posicionamiento de España como socio estratégico de Japón, que busca nuevos inversores europeos a raíz de la salida de Reino Unido de la UE, país que ha sido su principal destinatario comercial. Por otro lado, en la cena estuvo presente el primer ministro, Shinzo Abe, afín al Gobierno de Trump.
Hoy tendrá lugar la parte económica del viaje, ya que Don Felipe presidirá a primera hora un desayuno de trabajo organizado por el ICEX-Invest in Spain, en el que está prevista la participación de altos representantes de grandes compañías japonesas con presencia en España, como Mitsubishi o Nissan. A las empresas niponas España no sólo interesa como país, sino también como puente de acceso al resto de Europa, América Latina y África. Posteriormente presidirá la reunión del Comité Empresarial Hispano-Japonés, presidido por el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales,a la que asistirán firmas españolas como Iberia, Gestamp o Bergé y Cia, de la que se espera afianzar el fortalecimiento de las relaciones empresariales con la tercera economía del mundo, en un momento en el que se encuentra negociando un ambicioso plan de libre comercio con la UE.
A lo largo del día habrá un encuentro con el primer ministro y su esposa Akie, en el que se escenificará la firma de un acuerdo y seis memorándums de Entendimiento. El acuerdo presenta un gran atractivo para ambos países, el de «working holidays», que tiene como objetivó facilitar la movilidad de los jóvenes, ofreciéndoles un año de condición de turistas, pero desarrollando un trabajo al mismo tiempo.
Antes de que Don Felipe hablara tuvo la palabra el emperador, quien brindó por la «profundización del entendimiento mutuo» y aseguró sentirse muy «afortunado» de poder recibir a los Reyes en la eólica del «Frente del florecimiento de los Cerezos». Akihito puntualizó que, una vez se termine, «tendremos una época en la que irán creciendo rápidamente las hojas jóvenes de los árboles». En Japón, el emperador no puede hablar de una forma directa, porque se entendería que se inmiscuye en la política y sólo puede transmitir su voluntad a través de mensajes sutiles, como hiciera en su mensaje anunciando su deseo de abdicar. Hubo quien ayer interpretó estas palabras un recordatorio de su voluntad de dejar el trono del Crisantemo en manos de su hijo, por la que el Gobierno nipón trabaja en la elaboración de una ley especial, ya que la abdicación no está contemplada en su Constitución.
Los Reyes fueron recibidos ayer a primera hora por los emperadores Akihito y Michiko en el Palacio Imperial junto con los herederos, Naruhito y Masako, la conocida como «princesa triste», y el primer ministro Shinzo Abe, junto con su mujer Akie Abe, matrimonios que ayer también estuvieron en la cena. En Japón las formas tradicionales son tan importantes como las de la convivencia cívica, y lo habitual es que en los saludos se realice una inclinación proporcional a la importancia de la persona que se tiene enfrente. Así, después del pase de revista a la guardia nipona por parte de Felipe VI, cuando los Reyes saludaron a la delegación japonesa algunas espaldas parecían auténticas repisas.
La presencia de Masako llamó la atención, ya que debido a sus continuas depresiones no participa en demasía en los actos públicos. pero no obstante su «aparición» ha sido en el palacio Imperial, lo que entraría dentro de la normalidad.
Una clara deferencia con Doña Letizia sería que la acompañase en la visita a la universidad de KEIO que hará hoy. Por su parte, la Reina estuvo muy afectuosa y receptiva con ella, y le comentó que «estaba muy guapa». Tras la breve reunión en la sala Minami-Damari, en la que el emperador entregó al Rey las condecoraciones de la suprema orden del Crisantemo –la máxima que se puede otorgar–, se dirigieron al patio central para escuchar ambos himnos nacionales y que Don Felipe pasara revista a las tropas.
El museo Miraikan fue su siguiente parada, donde tuvieron un «anfitrión» androide: el robot Asimo de Honda, el mismo que conociese el ex presidente estadounidense, Barack Obama.
Este robot es la máxima expresión de la inteligencia artificial, y tras decirles a los Reyes lo que «podía hacer», se puso manos a la obra, desplazándose hacia adelante y hacia atrás, efectuando algún que otro salto y, después, estrechando la mano de los Monarcas. Don Felipe, asistió divertido e interesado a la demostración, y no sólo por cortesía, ya que es un gran apasionado de la tecnología.
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