Elecciones generales
Génova achaca el desastre a Rajoy y descarta dimisiones
Atribuyen los resultados a la herencia del «marianismo». Voces del núcleo de confianza del presidente le piden autocrítica y moderar la estrategia.
Atribuyen los resultados a la herencia del «marianismo». Voces del núcleo de confianza del presidente le piden autocrítica y moderar la estrategia.
La dirección nacional del PP valoró ayer la histórica debacle electoral del domingo repartiendo responsabilidades entre la herencia de Mariano Rajoy y Vox y la fractura del electorado. El «número dos», Teodoro García Egea, fue el encargado de dar la cara para solemnizar el mensaje de que la intención del equipo que cogió las riendas del partido en el Congreso de julio del año pasado tiene la intención de seguir al frente del PP los próximos cuatro años. Génova busca ganar tiempo y poner sordina al desconcierto y a los nervios electorales que paralizan al partido a semanas de otro trascendental examen electoral.
Génova tiene razón al apuntar contra la complicada herencia que recibió del «marianismo». Con un electorado que se sintió traicionado por la gestión del golpe independentista, porque se celebrara el referéndum ilegal y porque se declarara la independencia. Desafecto con la fiscalidad de Cristóbal Montoro. Y huérfano en la defensa de principios y esencias de la doctrina popular que sintieron que quedaron aparcadas en los Gobiernos de Rajoy para centrarse en la gestión y en los consejos del «arriolismo». En solo nueve meses han tenido que afrontar unas elecciones muy complicadas después de la «espantada» de Rajoy en la moción de censura.
Todo esto es cierto, pero no son explicaciones suficientes para pasar página de lo que ocurrió este domingo en las urnas. De hecho, en el núcleo duro de Génova conviven distintas sensibilidades. Las más moderadas, que estaban con Casado ya en la dirección del partido en la etapa de Rajoy, y otras incorporadas después, más próximas a lo que se identifica con el «PP duro» o el PP de Aznar. Entre estos perfiles más moderados, muy cercanos a Casado, ya se le ha trasladado en las últimas horas la necesidad de hacer autocrítica y recuperar la centralidad. García Egea señaló en su comparecencia que lógicamente el PP tiene que hacer autocrítica, después de haber hablado con la mayoría de las organizaciones territoriales. Pero insistió sobre todo en que esta etapa no se puede comparar con la del bipartidismo y que España no puede permitirse que en las próximas elecciones vuelva a existir un voto dividido. Éste será un argumento de campaña de Génova en las próximas semanas para intentar que lo ocurrido el domingo, y la continuidad de Pedro Sánchez en La Moncloa, influyan en electorado del centro derecha y les ayude a movilizar, esta vez sí, voto útil hacia sus siglas en vez de que se vaya a Vox o a Ciudadanos.
El escudo de Génova para sobrevivir al terremoto electoral es que su proyecto es a largo plazo, que Casado debe tener más oportunidades, como también las tuvieron Mariano Rajoy y José María Aznar, y que «necesita el tiempo que todos los demás han tenido para poder llegar a ganar unas elecciones generales».
«Hay líderes que se han presentado hasta en cuatro ocasiones a esta elección y Casado es la primera. Hace nueve meses cogió el rumbo y hemos tenido nuestra primera oportunidad», insistió el «número dos». Además de reiterar que la fragmentación beneficia a Sánchez. «El PP siempre ha representado el centro y el centro derecha. Y eso es lo que vamos a seguir haciendo. El PP depende de sí mismo para mirar hacia el futuro con optimismo. Vamos a trabajar con autocrítica, rigor y seriedad para que los que se han ido vuelvan a un proyecto ilusionado».
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