Operación Púnica
«Granados me colocó las vísceras del jabalí encima de la cabeza»
Juergas, partidas de póquer y mus, fines de semana de cacerías en la finca «La Parrilla», en el municipio toledano de Los Yébenes, y en «La Solana», en Ciudad Real... e ingentes cantidades de dinero pagadas en comisiones para la adjudicación de contratos o de parcelas donde construir posteriormente viviendas. Todo ello lo reconoció ya en 2008 David Javier Merino, ex director general de operaciones del grupo empresarial Dico, uno de los beneficiarios de esas adjudicaciones, en comparecencias notariales, actas que hoy han sido entregadas, junto con un manuscrito, por el sindicato Manos Limpias a la Fiscalía Anticorrupción. Se da la circunstancia de que este sindicato ya presentó una denuncia contra algunos de los responsables de ese grupo empresarial, así como responsables políticos de diversos ayuntamientos, por entender que existían indicios de «soborno a políticos y funcionarios» para lograr recalificaciones, y ya adelantaba que Merino estaba dispuesto a ratificar todo lo que ya había manifestado ante notario. Esa denuncia fue archivada.
Llama especialmente la atención el hecho relativo al abono, «en fechas cercanas, de dos millones y medio de euros pagados en comisiones», según consta en el manuscrito de Merino y en una de sus comparecencias notariales, que iban dirigidas a pagar dos comisiones:«La primera o una de ellas para el alcalde de Valdemoro y la otra, para otro municipio (Vera)». Eso ocurrió, según Merino, en el año 2006, cuando ya no estaba como regidor del municipio Francisco Granados. Esa cantidad la consiguió la empresa con la financiación de 119 chalés en esa localidad, que, en ese momento, era aún un proyecto.
Sin embargo, al ex número 2 del PP de Madrid David Merino, le involucra directamente en el cobro de esas comisiones por adjudicaciones de distintas parcelas en Valdemoro. Así, se alude a tres parcelas que se le otorgan a Dico, a finales de 2003, por las que dos directivos de la empresa «acuerdan con Francisco Granados la cantidad de 230.000 euros en efectivo, dinero que sale de los artificios contables». Igualmente, alude a cómo Granados firmó un contrato de compraventa con Dico de un chalé, que en aquel momento se vendía entre 320.000 y 350.000 euros y que formaba parte de una promoción urbanística de Valdemoro. «Evidentemente, el chalé no lo pagó Dico», afirma tanto en su manuscrito como en el acta notarial el ex director general de operaciones del mencionado grupo empresarial. «El importe pactado de las comisiones siempre lo entregaban a Francisco Granados bien J. Jiménez o bien P. Colado», afirma al respecto Merino.
En relación con la compra de algunas parcelas en Valdemoro, para la construcción y comercialización de viviendas, el ex directivo de Dico confiesa que parte del precio total pactado con la propiedad tenía que ser en «dinero B», aproximadamente unos 600.000 euros, lo que así se hizo.
«Boda de sangre»
Apartado especial merece el titulado en el manuscrito como «Cacerías», en el que Merino relata de forma pormenorizada quiénes asistían y todos los detalles de esas actividades cinegéticas. Además, y según reconoció Merino al secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernard, a esas cacerías la mencionada empresa llevaba el dinero de las comisiones «en bolsas». Así, a la finca «La Parrilla» asistió tanto Granados como «el siguiente alcalde» de Valdemoro, «el que le sustituye o sustituyó». A esas cacerías acudían, además, como invitadas las demás empresas que actuaban en Valdemoro, «empresas del sector de promoción y construcción y propietarios del suelo del mismo municipio», según se recoge en el manuscrito del ex directivo de Dico.
En una de ellas, en febrero de 2006, en la que coincidió con Granados, Merino mató un venado y un jabalí, «mis primeras piezas en cacería oficial». Ello derivaría en lo que se conoce entre cazadores como «boda de sangre», en la que Granados, «personalmente, mientras yo estaba en una silla sentado, me colocó las vísceras del jabalí encima de mi cabeza». En ese manuscrito cita textualmente las personas que acudieron a esa «boda de sangre», entre las que figuraban también el alcalde que sustituyó a Granados, el empresario David Marjaliza y dos administradores de Dico.
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