Elecciones generales
Iglesias: “Cuando el PSOE está solo, no cumple”
Insistió en que exigirá su entrada en el Gobierno y retrató las promesas incumplidas del presidente
Insistió en que exigirá su entrada en el Gobierno y retrató las promesas incumplidas del presidente.
Lo dejó entrever en el debate del lunes y ayer Pablo Iglesias confirmó formalmente su intención de abandonar, al menos ante las cámaras, su versión más mitinera. Adiós al líder de megáfono, hola al candidato moderado. «Se puede discutir de manera respetuosa»; «no hace falta llamarnos mentirosos»; «se puede ser educado en un debate», fueron algunos de los avisos que, con el sello del profesor que lleva dentro, lanzó a sus colegas de atril. Mantuvo la columna vertebral del discurso del primer «round», sostenido en la exposición de algunas medidas –convertir en gratuita la educación infantil, revertir las reformas laborales, poner coto a los grandes tenedores de viviendas vacías, retirar las concertinas o legalizar la eutanasia–, la reivindicación de Podemos como la única formación capaz de hacer cumplir la parte social de la Constitución –para, por ejemplo, actualizar las pensiones por ley– y su compromiso con la configuración de una coalición progresista.
Aunque hubo avances, no logró que el presidente del Gobierno abandonara del todo su amigüedad respecto a un eventual acuerdo con Ciudadanos tras el 28-A: «Lo que no entiendo es por qué Sánchez no aclara si va a llegar a un pacto con Ciudadanos». En su confrontación con el candidato socialista–la única buscada por Iglesias–, volvió a combinar las llamadas al acuerdo con algunas críticas bien escogidas en aquellos ámbitos en los que, según el diagnóstico del líder morado, Sánchez no ha cumplido con sus promesas, como la publicación de la lista de aministiados fiscales, la regulación del mercado de la vivienda o la revisión del Concordato con la Santa Sede. Por esta razón, insistió en la necesidad de entrar en el próximo Ejecutivo: «Todo el mundo tiene claro que, para que el PSOE cumpla las propuestas que hace, va a ser necesario que nosotros estemos en el Gobierno». Recuperó el «sí, se puede» para su minuto final, en el que volvió a tratar de persuadir a los indecisos.
Lo mejor
Trató de persuadir a los indecisos con dardos a las incoherencias de Sánchez
Lo peor
Abusó del tono aleccionador durante buena parte del debate
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