Ministerio del Interior
La célula yihadista iba a enviar a 10 mujeres a Afganistán
La Guardia Civil les ha tomado declaración y ya han sido puestas en libertad al no haber mostrado su intención de incorporarse al EI
La Guardia Civil ha tomado declaración a una decena de jóvenes que la célula que fue desarticulada el sábado en Barcelona y Granollers intentaba captar para enviarlas a los campos de entrenamiento de Afganistán, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación. Tal y como adelantó ayer este periódico, Daesh, el conocido Estado Islámico, dispone en dicho país de una infraestructura mediante la que forma grupos para que se dediquen a labores de información con el fin de recabar datos para que células operativas cometan atentados; otros tienen la misión de perpetrar acciones criminales mediante el sistema de suicidarse con arneses o cinturones explosivos.
Las jóvenes que estaban siendo captadas viven en las poblaciones de Palamós, Vilanova i la Geltrú, Molins de Rei, Barcelona, Granollers y Madrid, entre otras.
En principio, al no haber mostrado su intención de incorporarse a Daesh, la Benemérita no va a proponer su imputación y serán puestas en libertad sin cargos.
Este dato avala la importancia de la operación de la Benemérita, ya que ha abortado las actividades de una célula a la que Daesh había encomendado una labor de suma importancia en toda España, una vez que la banda tomó la decisión de incorporar a las mujeres a las células combatientes y no relegarlas al mero papel de amas de casa y tener hijos.
Una de las primeras pruebas de este cambio de estrategia se consiguió al saber que Abdelmahid Abaaoud, jefe del «aparato de operaciones en el exterior» de Daesh, había incorporado mujeres a sus células (de hecho, una de sus primas se suicidó con un cinturón explosivo en el apartamento de París, donde fue abatido por la Policía). El Daesh tomó esta decisión después de un debate interno provocado por las quejas de las mujeres (en especial las extranjeras) que habían huido a Siria e Irak y comprobado que se las requería para «amas de casa» o simples esclavas sexuales.
Los «teóricos» del Daesh, si es que en una organización tan sumamente inhumana se puede hablar de teóricos, llegaron a pontificar en publicaciones internas que era al «esposo» al que le correspondía hacer la guerra. «Entonces, ¿por qué encontramos algunas de las esposas de los muyahidin (guerreros) quejándose de su vidas?» La contestación no podía ser más absurda como rudimentaria: «Una forma de participar en la yihad (la lucha) es esperar el regreso de su marido con paciencia, anticipando la recompensa de Alá para alcanzar la victoria y la consolidación». Está claro que a las mujeres no les convenció tamaña contestación, más propia del siglo VII que de nuestros días, y los cabecillas optaron por ir a lo práctico para evitar problemas internos.
Jóvenes de 24 años
La mujer detenida en Granollers durante la operación de la madrugada del sábado estaba a punto de viajar a Afganistán mientras los dos varones de la célula, de 42 y 32 años, se dedicaban a continuar con las labores de captación. Las diez jóvenes contactadas por estos individuos eran de edades similares a la primera y sus identidades no se facilitan por lógicas razones de respeto a su intimidad.
La joven de Granollers que permanece detenida tenía perfectamente planificado su viaje a Afganistán y sabía las personas que en las distintas etapas del mismo le iban a ayudar a culminar el desplazamiento.
Daesh ha montado su particular «agencia de viajes», de la que los expertos recomiendan no dar datos por razones operativas, que le permite mover a sus militantes, algunos ya preparados para cometer atentados, por los distintos países del mundo, pese a las medidas de seguridad.
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