Miguel Bernad
El juez considera acreditado el intento de chantaje a la defensa de Doña Cristina
Manda a prisión provisional a los responsables de Ausbanc y Manos Limpias, Luis Pineda y Miguel Bernad.
Manda a prisión provisional a los responsables de Ausbanc y Manos Limpias, Luis Pineda y Miguel Bernad.
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz decretó ayer el ingreso en prisión provisional de Luis Pineda y Miguel Bernad, presidente de Ausbanc y secretario general de Manos Limpias, a los que imputa cinco delitos; entre ellos, uno vinculado con un intento de chantaje a la defensa de Doña Cristina de Borbón para que, a cambio de tres millones, se retirara la acusación contra la infanta en el «caso Nóos». También se les imputa el intentar hacer lo propio respecto a otros empresarios para no iniciar contra ellos ninguna acción penal. El juez le imputa los delitos de extorsión, amenazas y pertenencia a organización criminal, y, en el caso del presidente de Ausbanc, también los de administración desleal, fraude de las subvenciones y estafa. De esta forma, el magistrado aceptaba las peticiones realizadas por la Fiscalía. Para los otros tres investigados que permanecían detenidos, el tesorero de Ausbanc Alfonso Solé, el periodista Javier Castro Villacañas Pérez, con quien «puntualmente, Luis Pineda contó», y el responsable del Area de Delegaciones de Ausbanc, Angel Garay, acordó su libertad provisional, aunque les impone comparecencias quincenales en dependencias judiciales, retirada del pasaporte y prohibición de abandonar España.
El magistrado detalla toda la operativa de los detenidos que, presuntamente, integraban una organización criminal dirigida por Luis Pineda. Este grupo se centraba en torno a Ausbanc, cuya última finalidad era la obtención de un beneficio económico ilícito de sus miembros. Para ello, utilizaban la cobertura de una «defensa de la consumidores» para presionar a entidades contra las cuales «debería luchar para protegerles de forma efectiva». Al frente de esa organización estaría Pineda, quien, «en cierto modo, controla y maneja» a Migel Bernad; una organización que, según señala el juez, tiene «ramificaciones y apoyo económico», al menos en Colombia, Venezuela, y Estados Unidos
Junto a ello, el juez señala que la financiación de Manos Limpias viene, precisamente, a través de Ausbanc, «para utilizarlo en beneficio propio, es decir, con la finalidad de ejercer presión personándose como acusación popular bajo el amparo del sindicato contra determinadas personas o entidades para lograr que éstas cedan» a sus pretensiones.
Entre esos procesos, estará el «caso Nóos», en el que está acusada la Infanta Doña Cristina por Manos Limpias. Al respecto, el magistrado señala que hay indicios de que Pineda «utilizaría la estrategia de intentar negociar la retirada de la acusación contra la infanta a cambio de un acuerdo que le beneficie económicamente». En este sentido, destaca una serie de conversaciones de Pineda con Villacañas y con Miguel Bernad, en las que «marca las pautas y lo que se debe hacer en este asunto para que el mismo concluyera con una importante contraprestación económica para todos ellos».
Para lograr sus objetivos, el pasado 29 de febrero, Pineda llamó al director general de la Fundación La Caixa y le propone negociar la retirada de la acusación popular de Manos Limpias contra la Infanta Cristina, mencionándole incluso «que la forma de actuar sería la misma» que utilizó en el caso contra el Presidente de Unicaja en Sevilla, Braulio Medel, «pactando una declaración convenida que posteriormente puedan utilizar para justificar la retirada de la acusación». Además, Pineda, el pasado 14 de marzo, llamó a uno de los responsables del Banco Sabadell para que comunicara a Miquel Roca, defensor de la infanta, que era el «interlocutor adecuado» para negociar la retirada de la acusación, previo pago, en principio de dos millones, aunque Roca manifestó ante el fiscal que esa cantidad podría elevarse a tres millones.
Entre esas pruebas estaría una conversación telefónica, el pasado 3 de marzo, entre Pineda y Castro-Villaacañas, a raíz de las manifestaciones de la abogada de la acusación, Virgina López Negrete, tras la declaración de la infanta. En ella, Pineda dice que la letrada «se ha pasado», pero que luego «tendrá que plegar velas» y «hacer lo que deba hacerse, no lo que le guste a ella, aparte de que su momento de gloria ya lo ha tenido».
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