CUP
La Generalitat cancela la reunión con la CUP para negociar la cuestión de confianza
La negativa de los radicales a hablar de los Presupuestos provoca un nuevo cisma
Cuando Junts pel Sí tendió la mano a la CUP para sostener el Gobierno de la Generalitat sabía de las dificultades que eso entrañaba. Sabía que la formación anticapitalista no se rige por la lógica habitual de los partidos políticos y sabía que no iban a pasar por el aro con la misma ligereza que ERC. Lo sabían, sí, pero seguramente no imaginaban que cada nuevo paso iba a costar un mundo. Sin ir más lejos, la CUP se alineó con la oposición para tumbar los presupuestos y en el horizonte el presidente del Govern, Carles Puigdemont, tiene pendiente una cuestión de confianza. La CUP, sin embargo, ha estrenado nuevo secretariado, a priori, más proclive a la negociación. Sin ir más lejos, las dos cabezas visibles de la formación, Xevi Generó y Natalia Sánchez, han abierto una vía de negociación que, sin embargo, la Generalitat ayer rechazó. Es decir, de vuelta a la casilla de salida.
Hasta la fecha, Junts pel Sí ha intentado sentarse a negociar con la CUP los presupuestos de 2017. Los radicales, por su parte, sólo querían hablar de la hoja de ruta. Hace dos días, sin embargo, el nuevo secretariado de la CUP abrió la puerta a hablar de los presupuestos siempre y cuando incluyan alguna partida para la eventual celebración de un referéndum unilateral. «Lo que pedimos es concretar primero la hoja de ruta, que es la prioridad política de este país. La gente quiere saber cómo acabaremos esta legislatura excepcional, cómo llevamos a cabo la ruptura democrática con el Estado español y, a partir de ahí, hablar de cómo se traduce esta hoja de ruta en los Presupuestos», señaló Generó.
La CUP, además, tenía la intención de sentarse a negociar con Junts pel Sí a finales de este mes la cuestión de confianza al president. Tras los últimos vaivenes, sin embargo, la consellera de la Presidencia, Neus Munté, aseguró ayer que no le «parece de recibo» que la CUP «quiera marcar el ritmo o condicionar una cuestión de confianza» convocada por Puigdemont después de que los anticapitalistas no hayan «respetado los acuerdos firmados» a principios de legislatura para dar estabilidad al Govern. «La confianza no se negocia», añadió.
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