La Generalitat impone la inmersión lingüística en las guarderías

La Consejería de Enseñanza de la Generalitat ha elaborado una serie de recomendaciones de obligado cumplimiento para los centros educativos catalanes de niños de cero a tres años en las que se define el catalán «como la lengua de comunicación y aprendizaje».

«Currículum 0-3», que se enmarca en el desarrollo de la ley de educación catalana, pretende ser una compilación de orientaciones diseñadas específicamente para el primer ciclo de Educación Infantil con el objetivo de «ayudar a los técnicos a dar una atención de alta calidad», al mismo tiempo que «se crea un modelo de guardería propiamente catalán».

«No pretende evaluar objetos de conocimiento, sino introducir a los niños y sus padres en el sistema educativo, por ello la evaluación está orientada a aspectos como el desarrollo, la maduración, el aprender a convivir y compartir, la socialización, la adquisición de hábitos...», explicó ayer Alba Espot, directora general de Educación Infantil y Primaria de la consejería, quien presidió la presentación de la iniciativa después de que la consejera de Educación, Irene Rigau, causara baja a última hora.

Así, en el apartado relativo al «Área de comunicación y lenguajes», el currículum recoge que «en nuestro medio, la lengua catalana ha de ser la lengua de comunicación y aprendizaje» y «hay que encontrar momentos para una buena práctica con todo el grupo y también en grupos reducidos».

«Garantizar unos mínimos»

En referencia al aprendizaje del catalán por parte de los niños con una lengua materna diferente, señala que «es necesario dar el tiempo y apoyo necesarios para que se puedan reexperimentar los formatos más básicos de la comunicación en lengua catalana de forma que el niño pueda compartir y construir verdaderamente los significados».

Espot apuntó que estas medidas «no suponen ninguna ruptura con lo que ya se venía haciendo hasta ahora». Las orientaciones deberán aplicarse en todos los centros catalanes de educación de cero a tres años a partir del mes de enero, fecha en la que comenzará a realizarse un seguimiento para comprobar que todas las guarderías las han puesto en marcha y evaluar su funcionamiento.

«Hay que garantizar que se cumplen unos mínimos», destacó Espot, que descartó que se apliquen sanciones y sí quiso destacar que es la primera vez que se hace una iniciativa de este tipo en la educación que va de los cero a los tres años.