Política

El desafío independentista

Los críticos no aceptan la mayoría y abogan por la refundación del PSC

Si mantienen su negativa a devolver el escaño, hoy serán suspendidos de militancia y mañana del grupo socialista

Navarro ha recibido desde el pasado jueves el respaldo del PSOE en el manejo de la crisis
Navarro ha recibido desde el pasado jueves el respaldo del PSOE en el manejo de la crisislarazon

Calma tensa. Críticos y oficialistas, mayoritarios en el PSC, han mantenido este fin de semana las espadas en alto. Declaraciones y contradeclaraciones a través de los medios de comunicación. Contacto interno: ninguno. Antonio Balmón, el número dos del PSC, así lo confirmaba a LA RAZÓN. Durante este fin de semana, el diálogo inexistente. Si no se producen movimientos de última hora hoy, lunes, el portavoz parlamentario, Maurici Lucena, y el secretario de organización, Esteve Terradas, llevarán el caso a la Comisión de Garantías. Acto seguido quedarán apartados de sus responsabilidades y suspendidos de militancia, hasta que la Comisión dictamine. El martes, en el Parlament, serán apartados de sus responsabilidades en el grupo socialista. De momento no serán expulsados –y serán diputados no adscritos– pero dependerá de la evolución de los acontecimientos en la Ejecutiva. Una forma de ganar tiempo para evitar lo inevitable: la ruptura del socialismo catalán por la minoría.

Los críticos siguen tensando la cuerda. Piden una refundación del partido –en el último congreso la candidatura crítica no supero el 25% de los votos– y consideran que los socialistas catalanes «están en una escisión de facto», en palabras de la ex consejera de Sanidad, Marina Geli. Desde la dirección, Antonio Balmón ha insinuado que los críticos «van a fundar una nueva organización política». Éstos lo han negado aunque los rumores son insistentes. Ernest Maragall y el actual consejero de Cultura del gobierno de Mas, Ferran Mascarell, próximos a la órbita de CiU han hecho un llamamiento a los críticos para que sumen fuerzas. Maragall y Mascarell llevan tiempo velando armas para convertirse en una especie de ala izquierda en CDC. Montserrat Tura, ex consejera de Interior y Justicia, se ha multiplicado este fin de semana para ser voz de los críticos. No ha reparado en criticar a la dirección y en situarse en posiciones soberanistas. Hace unas semanas un dirigente de ERC le dijo «serás muy necesaria en no mucho tiempo». La incógnita recae sobre Avancem, el único grupo organizado en el seno del PSC, liderado por Joan Ignasi Elena, «Natius». «Natius tiene que decidir que quiere hacer, él sólo. Mañana –por hoy– veremos», afirma un alto cargo del PSC.

En este complejo escenario, algunos dirigentes se esfuerzan en buscar alternativas. Jaume Collbony, portavoz del PSC, o Juli Fernández, primer secretario de Gerona, entre otros, han apelado, en una carta pública, a soluciones políticas. «¿Cuáles?» se pregunta Miquel Iceta, elegido el sábado miembro de la ejecutiva del PSOE, perplejo ante la propuesta. Jaume Collbony, candidato a las primarias de Barcelona, cree que cualquier solución «pasa porque entreguen el acta. Se lo hemos dicho personalmente a ellos».

Pere Navarro, el primer secretario, ha mantenido prudencia. Se ha limitado a pedir respeto por las decisiones de la mayoría del Consell Nacional. El máximo órgano entre congresos avaló la propuesta de votar no a una «consulta ilegal y no acordada» con un respaldo del 87%. Los críticos se niegan a aceptar esta mayoría apelando al programa electoral. «Y el programa dice simplemente que apoyaremos una consulta legal y acordada. Y lo que los soberanistas llevaron al Parlament, no era una consulta ni legal, ni acordada» comenta un dirigente cercano a Navarro que añade «ellos que tanto hablan del derecho a decidir no aceptan el derecho a decidir del PSC». Una encuesta da la razón a Navarro y, por un amplio margen, los lectores consideran que los diputados díscolos deben devolver su acta de diputado y abandonar el partido.

Los críticos mantienen el pulso. No devolverán el acta. Marina Geli se refugia en «qué le voy a decir a la gente que nos apoya». La dirigente crítica se refería a las más de 1500 adhesiones que han recibido en la página «socialistas por el referéndum». Sin embargo, la fiabilidad de la página de los críticos deja mucho que desear. Los requisitos son mínimos. Nombre, apellidos, población, teléfono y correo electrónico. Nada más. Esta redacción ha firmado con un nombre falso. La firma ha quedado registrada. El documento de los críticos puede recoger apoyos de militantes, simpatizantes y ex militantes. Y una cuarta posibilidad: «Soy socialista pero ya no simpatizo con el PSC». Esta desorganización ha provocado que hayan aparecido firmas falsas de dirigentes socialistas. José Montilla, ex presidente de la Generalitat, tuvo que salir al paso en las redes sociales denunciando la falsedad de su supuesto apoyo a los críticos. Lo mismo le sucedió al ex alcalde de Sabadell, Manuel Bustos, o a la diputada en el Parlament Alicia Romero.